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es neutro entre Dios
y
el ltombre.
Péro es mas que rÍ·
dículo haber apurado el culto d el Papa hasta el monstruoso'
empeño el e darle dictados iguales
á
los que se dar¡
á
Dios.
L os católicos d ecimos-la
Santisima Tri,zida<]-el Sa.ntisi–
mo Sqc·ramento;
y
cuando se
d ice~ Santisimo
Pad,-e,
todos
saben .de quien se habla; ¡tero no todos saben, que en la Cu–
ria se dice-los
santúimos pies del Papa.
3. COJifwtdir
la Curia Romana con la Iglesia Romátw, con'
la Santa Sede.
Desde el prin'cipio de nuestra tarea hemos tenido gran
cuidado de disting uir ·la CLtria Romana d e la Santa Sede,
y
de la Iglesia
Rom~n·a,
y
hemos hecho uso frecuen te de esa:
distincion, en ho·m a d e la I glesia
y
d e la Sa nta Sede. Con–
fu ndir la Curia con la Santa Sede ó la Iglesia, sería poner
e n peligro de que corrier an igual suerte las cosas divinas
y
las humanas; las núximas d e desprendimiento de las cósas
ten-enas, d el
'reino de acá,
y
l'as que recomiendan
y
defie n–
ll en
á
toda cos ta los privilejios
y
temporalidades; las que
purifi can el corazon
y
las que lo corrompen; las que cónsue–
lan al aliijiclo,
y
las que aumentan su afli ccion
y
n • amar ·
g ura; las q ue elevan al honibre
á
la justicia,
y
las que le
degrada n haSta las pasiones ruin es, cli sfra za da s con el ro·
paje de la virtud: en pocas palabras, sería d es·acrcditar una
religion instituida para atraer·
á
las j-e ntes al culto de Dios
por Jesucristo. ¡A dios catolicismo, si fueran un a misma coc ·
sa la Santa Sede
y
la Curia Romana!
Y sin emba rgo ele tan espreso modo d e habla:r, los curia- .
listas echan en cara
á
losimpugnadores d e sus 'pretensiones,
que ellos confunden la Curia con la Santa Sede,
y
llaman
Curia
á
la Iglesia Romana. ¿Lo creerán acaso? No; pe ro no
les queda otra manera de sostenerse, sino haciendo esta
imputacion ,
á
fin ele t¡ue los fieles se persuadan , ele que
quienes desacred itan
á
la Curia, desacredita n á
1
la Iglesia
y
á
la Santa Sede. Es pues indispensable, es cristiana tarea
d isting uir
'á
la Iglesia Romana de la Curia Romana;
y
cuan –
to mas prog rese esta distincion, rnayores sevicios se hal.Jrán
prestado
á
la
ins tituc~n
de Jesucristo.
Para que nues tros lectores vean, que la mencionada dis–
tincion no es reciente ni infundada, les recordarémos lo qne
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