-
19-
yor p'at·te d e e;tas f',cullades ·no las ejercían los metropoli–
tanos
y
patriarcas Eino en Sínodo.
~.~.
Los p atriarcas
y
el Papa se ,·emitirw ep istolas de comtt–
nicacion.
·
Luego que los pat t·iarcas eran elevados
ii
sus S edes, di–
rijian á los demas
p~triarcas
sus epístolas sinodales ó comu–
nicatorias, que eran muestras de recíproca veneracion,
y
en
ellas acompafíaban su profesion de fé; y mientras no daban
es te paso, n o eran colocados por los d emas e n los sagrados
dípticos. C uando San Gregario Magno subió
á
la Silla de
San Pedro, dirijió su epístola
á
los patriarcas d e Constan–
tinop la, de A lejandría, de Antioq uía y ele Jem salen,
y
es
la
Q5
del libro l.
0
,
concluyendo con su profesion de fé,
y
venerando los cuatro Co ncilios como los cuatro eva ngelios.
Cuando Ped ro patriarca de Antioquía diriji ó su epístola co-
'
municatoria a l Papa Leon
lX,
le contestó éste, aprobando
s u profesion d e fé, y haciendo é l la suya. No hai necesidad
de documentar mas esta práctica corriente, de cuya existen–
cia nos ha dejado varios testimonios el Papa Sa n Gelasio en
s us e pístolas
1
a. y Za.
·
Q3. En el·riijimen de las Iglesias ,·einaba lafraternidad.
En esta di stribu cion d e las autoridades, yen la economía
del réj ime n, se d ejaba ver en todo caso, y de una manera
mu i ostensible, la concordia
y
la frate rnid ad. El Obis po ro–
deado d e sus presbíteros y di áconos,
tenia la adminis tra–
cion:
los me tropolitanos y patriarcas dictaban la reg la con
sus coepíscopos; y d espues cu id aba cada cual e n su Igle–
sia de su puntua l c umplimiento. E l clero y el pueblo tenían
parte directa en la eleccion d e sus obis pos; y el Metropoli ta–
no
ó
el Patriarca imponí a las manos
á
los elejidos. Los Ro–
manos Po ntífices no tenía n otro mod o de proceder en su
Iglesia de Roma; y cuando estendian su solicitud
á
las de–
m as del orbe, respetaban la costumbre y los cánones; pt·ote–
jian á los metropolitanos en sus derech os, y
á
los obispos
e n los suyos;
y
repelían las palabras lisonjeras
y
ppmposas,
que pudier an causar meng ua á los dentas pastores, de quie–
nes se llamaban y eran hermanos.