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y

entre ellos el amor á su Patria,

y

la posesion de todas las

virtudes,

á

fin de que el ciud adano

y

el cristiano ob•·en en

todo caso

á

la vista de Dios,

y

de la inmortalidad. Traba–

ja en oculto, po rque lo hace con modestia

y

sin ostentacion:

le conviene un caracter.privado, para CJUe los fr utos que re–

coja de su propia virtud, no se atribuyan

á

la proteccioo de

los Gobiemos; pero su modestia y surecojimiento no son in–

compatibles con su visibilidad. La fl·aternidad, la libertady

la igualdad, son palabras con sentido en la Iglesia cristiana.

¿Hasta donde asciende

la

época en que come nzó

á

llamarse

representati·vo

el Gobierno político de las Naciones? Mien–

tras que e n la Iglesia hace siglos, que concilios se dieron el

nombre de represen ta ntes de la Iglesia; porque en verdad

la Iglesia estaba representada, y los conci lios se honraban

con ese dictado.

30.

Daño hacen á la Iglesia, los que le ¡n·ocuran medios

profano;;,

'Y

esto que honraba

á

la Iglesia

y

á

sus pastores, desa–

grada ya, y causa pesadumbre

·á

la Curia.

Poco

á

poco se

fué echando en olvido lo 'JUe se practicó al principio; y se

fueron formando otros hábitos, y estableciendo otras máxi–

mas, que aunque incapaces de destruir la obra de Jesucris–

to, hicieron empeño de desfigurarla y presentarla ·odiosa.

La libertad, la igualdad y la fraternidad son mal sonantes

á

su oido, cuando los pueblos la pronuncian y p1·oclaman

en sus constituciones. La modestia y humildad ,cristianas

sQn á

su~

ojos-humillacion, bajeza.

Púrpura quieren, ·

y

piedr11s preciosas y boato y pompa augusta y trono y ma–

gestad, capaz de ec.lipsar la de los Césares. Pero nada de

esto es cristiano;

y

aunque asi se reconozca en teoría, se

yerra en la aplic·acion; porque la Cu ria quiere confundirse

con la Iglesia; porque dá mucha importancia al manejo de

med ios profanos;

y

porq ue no quiere comprend er, que la

mayor gloria es la que se adquiere por el merecimiento. La

C uria romana se avergüenza de las obras virtuosas, aunque

hablando siempre de virtud. No adYierten el mal que hacen

á

l>t Iglesia de Jesucristo los que piensan y obran así.