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biesen omitid,o requisitos esenciales en la admiuislraeion
d~
los sacramentos, no se sigue, que en todas
y
en cada uña
de las veces ·ha ya de procederse al escrutinio, de si efecti·
vamente se hubie.ron verificado, sino -darse ell<> por sMpues–
to, mientras no ocurran ci rcunstancias especiales, que lla–
men la .atencion; de ig ual manera en la celebracion de los
concilios, cuando datos públicos,
y
de solenme· importan–
cia, no oblig uen á considerar los procedimientos de un Con–
_cilio, no h<ii motivo panr sospechar, r¡ue en sus sesiones se
hubiesen omitido los requisitos refer idos,
y
faltado la asis–
tencia prometida por Jesucristo
á
los que se reuniesen en
su nombt·e.
27.
El testinwnio de la Iglesia distingue á los concilios
ecuménicos
y
los 71a1·ticula·res.
E l Papa Martí n I reunió en Letran el año 649 un Co nci–
lio compuesto de mas de cien obispo s. Lo d efinido en él
contra los mon etelistas, es un dogma adn,itido en todas las
iglesias, y que segun los principios de la Curia, d<!bió ser
creído, desde que el P.apa Martín lo hubo defi nido
ex ca–
tk edm.
Mucbo an tes el Concilio
l.
0
de Constantinopla,
,compuesto de 150 obispos del O riente,
fallo
en otra causa.
Este Concilio es ecuménico,
y
no "quel de Letran: ¿qué ra–
zon dará la Curia? ¿Sen\ porque el Papa Dámaso prestó su
aprobacion á lo definido en Constantinopla? Pero esta cit·–
cunstancia d ará, si g-ustan los curialistas, infalibilidad
á
la
d efinicion, como darí a el Papa Martín
á
la del Concilio d e
Letran, mas no la ecumenicidad
á
dicho Concilio de Cons–
tantinopla, como no bastó
á
darla
~iartin
al Lateranense.
¿Será piJrque los obispos de Occidente pt>nsaron de igual
modo que los de Oriente? Pero esta razon, que sin duda es
favorable á nuestra causa, no lo dice todo; pues ella se verifi–
có en el Concilio Romano del Papa Ma rtín,
y
hablando en
general, el Papa
y
todos los obispos con sus iglesias, han
convenido en puntos decididos en concilios provinciales,
que no han perdi do por es o sú- cai·ácter propio, para nurne–
rarse en el catálogo de los ecuménicos, aunque las decisi–
ones, por ser cbnocidamentc cristianas, merecierdn la apro–
bacion univers<il Al tratar
Bela~mino
del número d e obis–
pos
que se ha melJCSter en ·un Concilio general, confiesa in-