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D os ejc111plos notables áfawr de lo que decimos'.
P a ra ponernos
ii
cubierto del enoj o de la Curia, oponga–
rnosle el intachable
testimonio del sabio Benedicto
X IV
cuand o era L amber tini. Ha blando de la fiesta de la Asun–
cion de la Vírj en MarÍ<l, rl espues de referir prolij arnente su
h istoria , y de hacerse cargo ele hallarse reconocida generar"
mente en la I glesia, y de celebrarse dic ho mister io en todas
partes, tiene cuidado de adve rtir, que no es artículo de fé.
L as razones que dá so n las siguientes: " los lugares que se
alegan de la Sagrada Escritura para es tablece r dicha opi–
rlion, pueden es plica rse de otro modo: la tradicion que se .
hace valer, no es la que se necesita para elevar le sentencia
al grado de los a rtículo de fé: la festiv icLt d no es bastante
para sostener, q ue haya una de fi nicion de la Iglesia, que la
coloque entre los a rtícu los de
fé ."
El otro ejemplo que po ne el docto Pontífice, es el relati–
vo á la Purísima Concepcion de la Ví rjen, y entre otras co–
sas dice así- "cualesq uiera que sean las razones que teó–
logos alegan, y la propension de la J.glesia en favor de la
Concepcion Inmaculada, sen tencia recibida en
tod as las
universidades católicas,
y
tan conforme
á
la piedad de los
fieles y su devocion h ácia
la Santisima V írj en, nu puede
decirse, que la I nmaculada Concepcion ha sido definida
CO'–
mo artículo de fé, aunque co n a utoridad apostólica se celebre
au festividad." Despues de Benedicto
X IV
ha mejorado in·–
deciblemente la ca·usa de
la
Concepeion Inmaculada; y sin
embargo; nada d
e esto era basta nte, á j ui cio de los propios
curiali stas, para
q.uefuese reputada por dogma de,
fé
ante&
de la bula de Pi
o I Xen D iciémbre de
1851·.
QZ. Observacion impm·tcmte.
Creemos ha ber demostrado la necesidad absolu ta de q ue,
para ser dignas de m;1ombre las decl araciones dogmáticas,
debe ser la materia de
fé,
y
haber consentimie nto un iversal.
Ahora bien: aunque esto no
pue~a
tener lugar si no en asun–
tos propiamente espiritual es, como no en lodos los que me–
rezcan este nombre se bailarán ¡·etmidas dichas coúdiciones,
resulta necesariamente, quo bien puede habe r asun t:os espi-