Table of Contents Table of Contents
Previous Page  239 / 438 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 239 / 438 Next Page
Page Background

-231-

¡evelauo, y que nos la proponga como revei<1Ua

la Iglesiii'

Católica."

20.

Si lwi errores e11 la I glesia, no lo son en materias

•·eligiosas.

Abundaron en otro tiempo las prácticas y ceremonias ¡·i–

uículas, mas o menos propagadas en Jos pueblos á propor·

cion de la ignorancia. Los errores se multiplicaron en el

seno de las tinieblas, y erra ron los rebaños,

y

hasta sus pas–

tores. A un en el cuerpo del derecho canónico se encuen –

tran títulos y cánones sobre ma lefici os

y

purgaciones, ó lo

que en otro tiempo recibía el nombre de

j-uicios de Dios.

¿Erraría la I glesia y sus pastores, contra la promesa deJe–

sucristo? N o; porque a un permitiendo, que todos pensasen

d e igual modo, lo que no creemos, Jesucristo no ha prome–

tido su asistencia á los pastores, ni á los fi eles, para que no

incurrieran j amás en tales déspropósitos. Y por no ha berla

prometido sino para los puntos de fé, no ha tenido embarazo

el Card enal Belarmino en decir, que el 6.

°

Concilio gene–

ral fu é

engañado

p.or

falsos rumores, Cl'ando numero entre

los h erej es al P

apa

Honorio,

sin entender sus e pístolas;

pues "aunque un Concilio general no pueda errar en la defi–

nicion de los d ogmas de fé, puede errar en las cuestiones

de hecho."

T::~mbien

el Concilio de Constancia

y

Mm·ti–

no V cond e naron el artícul o

18

de W iclef, donde entre

otras cosas se sostenía, que

las epístolas decretales eran

apocrifas.

-

Ademas, cualquiera que sea la confianza de la Curia en

sus pretensiones, nunca jamas pod rá convencer, que la I g le–

sia las haya creíd o, ó reputado las por verdades. Digan

nora buena sus doctores con el pad re Sua rez, que "la inmu–

nid ad eclesiástica es dogma de fé; asi como el poder de los

Papas pa ra deponer á los reyes herejes y pertinaces." No,

no: la I g lesia jamas ha creído tales dogmas, porque si los

hubiese creído, presentaría á sus e nemigos un argume nto

incontestable: por fortuna , el argum¡;n to es contra la

Cu~

ria , no contra la Jg lesia.