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atendidas las circunstancias: que cua nd o di spuso el Conci–
lio Tridentino, que hubiese cada tres años concilios provin–
ciales, no habló de
In
confimacion del Papa,
y
er a sr.bido
q ue
nacli~
está ob ligado á lo que no manda la lei, así como
es permitido lo que ella no prohibe;
y
que no estand o ob li–
g ados los sínodos diocesanos á ese requisito, como Jo decla-
1'Ó
una congregacion
ron1ana, por cuanto
e l
(
.~oucilio
guCtr–
dó silencio,
habiéndolo g uardaclo tambien r especto d e los
conc il ios pro vi nciales, debían quedar estos eximidos por
igual razon. T oca á los He la Curia manifestar, que la cos–
tumbre contraria h a tenido virtud de destruir las razo nes e n
que se fundaba la disc iplina antigua.
CONCIL IOS SUPERIORES
A
T.OSP RO VINC IALES.
27.
Objeto de estos concilios.
Estos concilios pueden llamarse
prttría,·cales, nacionales,
ú
otro nombre _semejante,
y
á
veces se
llamaban 'unive,·sales,
no por confundirse con los ecuménicos d e toda la Iglesia
c•·istia na, sino po1· comprender un a vasta rejion, el Africa
por ej empl o. A d iferencia d e los co ncilios provin ciales, que
tenía n periodos fij os para su celebracion, Jos co ncilios d e
que hablmnos, eran de un carácter extt·aordina1·io, segun Jo
exlj ian las circunstancias. En la Iglesia Africana se tenia
anualmente un Conci lio de toda e lla; pero el Co ncilio d e
lVIilevá dispuso que en adelante no se ce!ebrára ta l Co nci–
lio, sino cuando lo exijiese la causa comun de tod a el Afr i–
ca, d<>j ando las demas causas
á
los concilios provin ciales.
Está visto pues, que los con ci lios de muchas provincias se
contraían
á
tratar de los asunto" comunes
á
todas ellas. Se
contraian
tan1bien
á poner térn1ino
á
las
ca usas, que no
ha–
biah pool ido d efini rse en un Concilio p rovincia l. E n la epís–
tola que los obi spos de Africa escribi eron al Papa Celes ti –
no, hacían memoria de la disciplina corriente en la
Jgl ~sia
Africana, de termina¡; en ella los juicios, ó fuese en el
Concilio provincial 6 en el universal. Tambien el Concilio
cuarto de Toledo
reconoc í~,
q ue en las causas comunes
d ebía reunirse un Concilio ge nera l d e toda la E spafía.