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her sido recomendada
y
ag ¡·adecicla. Es te solo hecho ba s–
ta, para jus tificar el procedimiento de los sínodos en casos
semejantes,
y
para d escubrir la pre,·encion co n que d iscu rr<'
h
C uria en esta clase de nwterias.
15.
Utilidcul de los Stnodos diocesanos.
Benedicto XIV llama
audacia
la d e ciertos escritores,
que calificaron
á
los si nodos d iocesanos d e enteramente inú–
tiles. Para desacreditar
sen1ejnnte
asercion, alega los
nlan–
d atos canónicos que ordenan su cele bracion,
y
una .bu la d e
Alejandro VII que .Jos r ecomienda como aptos para· con–
sultar la salud de los pueblos,
y
r estaurar la discip li na a nti–
g ua. Pone en seguida preciosas sente ncias d e venerables
y
santos obispos, q ue miraron la suspepsion d e los sínodos,
como "el oríj e n ele los daños sufridos en la disciplina; que
los reputaron po·r remedio mas eficaz que la visita d e los
pastores;
y
que hicieron depender
ele
los sínod os el órden
eclesiástico, como de los ne rvios la con servacion del cuerpo
humano." Valga n estas espresiones, para d ejar
á
los síno–
dos, que dicten las medidas convenientes
á
la restauracion
de la d isciplina antig ua,
y
no se les impida que hagan todo
e l bien de que son capaces,
y
á
que están llamad os, sah·o el
derecho de superior a utorida rl.
COKCILIOS PRO VIN CIALES.
16.
Cánones para la celebntcion de estos concilios.
Uno de los s ucesos mas frecuentes en la his toria d e la
Iglesia es
la
celebracion de concilios provincia las. Este
punto era
consider~do
como uno de los mas importante de
la disci plin a,
y
como práctica corriente d e que no era posi–
ble desentenderse. Escribiendo el Papa San Lcon
á
los
obis!10S de S icilia, les recuerda que, "segu n lo dis puesto por
los Santos Padres, debían los obispos reunirse d os t·eccs
en cada año." El Santo P npa nluclia
á
los cánon es llamados
apostólicos,
y
a l Conci lio
Niceno-siugulis annis in uuaqua–
q"e proéncia bis in mmo sinodifiant.
De ahí las re petidas
instancias de varios concilios al mismo prop ósito, como e l
d e Laodicea, de Antioquía, d e Ca rta-go, de Oranj e, d e
4.r-