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lJasta estirparlas? La provision d e los beneficio s no es en
p rovecho de
h
Silla
A po~tólica,
sino de
la
Dataría y otras
qficinas
d ~
la Cu ria-ne
fra:lt.< fiat apostolicm Data·rire ju-
,·ibus.
·
Z.
0
E l Obi-spo de Larino erij ió en Slnodo, una nuevá
.;lignidad en el co ro de su I glesia Catedral; y la Cong regacion
t uvo
á
mal este procedimiento, que decla ró sin efecto, fun–
dándose e n que " por derecho comun el O bispo podía úni–
camente restabl ecer, con el consentimiento d el Cabi ld o, una
dignidad suprimida,
n1as
no instituir una nueva."
Los lec tores advertirá n, que no hai r azon d ig na d el nom–
bre, p ara reservar á la S illa A postólica un asu nto t,,n propio
del Obispo y ele su Sínodo,
y
para cuyo acie rto tendria la
Silla Apostólica que pedir informe á ese O crispo. ¿Es nego–
pio ta n
grave
la ereccion de una
ó
n1as
S illas en e l coro de
una Catedral, que merezca la atencion d el Papa, y no sea
bastante la autoridad e piscopal e n S ínodo? Quienes está n
á
la vista del monto de
Lts
rentas,
y
d e las circunstancias que
pueden acon sejar un camb io e n su número, son los mas á pro–
pósito para conocer
y
pronunciar en la materia, que no re –
p1itir el fallo á Congregaciones, que r epetirán al 'Papa lo que
les diga el O bispo. Y si los ca nónigos que rodeen al Obis–
po, han de ser los párrocos de la capital y los suburvios,
tratar d el aumento d e las S illa s, sería llamar alg unos pinTo–
cos mas; y no creemos que las Co ng regacion es de Roma qui –
siera n disputa r á nuestros Obispos, el d erec ho de traer cer–
ca d e sí mayor número <l e sus coop eradores.
3.
0
Las constituciones sinodales d e Toledo y Car tajena
p rohibieron, con el fi n de frustrar la fals ificacion de las le–
tras apostó licas, que los escri banos y notarios recibiesen
las que no fuesen préviamente examinadas por el Ob ispo ó
por sus oficiales; y para q ue tuviera mas fuerza esta d isposi–
cion, se pidió al Papa Leon X que la confirmase. E l Papa
desechó semej ante solicitud, reputando por " ind ecente, in–
.decoroso
y
temerario, que los inferiores examina sen
y
some–
tiesen á su j uicio las cosas d el Sumo P ontífice."
C ualquiera ad vertirá, que el objeto d e la mencionada pro–
yidencia, lej os de ser injurioso al Papa, tenia mas b ien un
.aspecto favorabl e
y
decoroso, pues se in tentaba evitar la
falsificacion d e las letras apostólicas- obten/u
obviandi
f-al–
_sitatibus;
y lejos de r ecibirse con menosprecio, debiera h a,