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A d emas, en el can.
11
d e la sesion
14·,
castigó con la pena d e
anatema
á
los q ue dij ese n, que " los Obispos no teniau de re–
cho d e reservarse casos, sino en cuanto
á
la p olicía estet·ior ,
y que su resen •a no impecli a; que los sacerd otes a bsolviesen
verdad eramen te de los reservados." Como los de la C uri a
reputan po r d ogmúticos tod os y cad a un o de los cánones,
q ue están acompañados de anatema, tienen en consecuencia
q ue reputar por dogmático e l que acabamos d e citar. Por
consig uiente, deben con fesar, que es ·terd ad de . fé, -que los
O b is pos tiene n el d erech o d e hac¡3r tal reser'va, ó g ue de J e–
sucristo h a n recibido inmediatamente esta facul tad; y como
e lla p er tenece
á
la potestad de j urisdiccion, si esta ¡n ace–
d iera del P apa, no sería d e fé q ue la tenian,
y
el cá non no .
se!·ía dogmático. Pero es d ogmá tico, por confes ion de ellos,
es de fé que los Obispos ti en en esa facultad ; luego no son !i–
b t'es paru negar, q ue estos reciben inmediatamente d e Jesu·
cristo la j urisd iccion con que se reservan casos: la
razones
la mi sma pa ra los demas acto_s de j uri sdiccion.
17.
Resultado de las demostracioues anteriores.
Por lo dicho hasta ahora, aparecerá n los ob ispos como
' ucesores de los apóstoles, recibiendo ellos su jurisd iccion
del mismo oríj en de qui en 0stos la t uvieron; y fu era de las
prerogativas personales y de ci rcunstancias, esas mismas fa·
cnltades, que fueron concedidas á los pas tores d e una Igle-·
sia que debia durar perpetuamente; y con toda la estension
y
jeneralidad que no fu é limitada por Jesucristo; pero q ue
habia de serlo despues en cuanto
á
su ejercicio para el buen
1·éjimen del pueblo cristia no. Detengamos la consideracion
sobre el ú ltimo punto para ilustrarl o m\'s, oyendo pré via–
mente á los de la Curia.
18.
A>gume¡¡fo cont,-a la estension de .facultades en los
Obi_spos;
"Había mucha diferencia entre los apósto les y los obis–
p os. Aq;tellos no se att:evieron
á
llena r la vacante del ap os–
tolado, sino que emplea ron el uso de la suer te; miéntt·as que
cada a pasto! instituía pbi'spos, sin que estos q ued asen nu–
merados ent re los apótoles. San Pablo ord enó á T ito
par:~