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el vicario por ser 1nas pertinente al as'unto que de–
batilnos.
El doctor Juan An1brosio Huerta obispo de
Puno., sacerdote
ele
reconocido talento,
de
vasta
ilustracion, de convicciones profunda1nente arrai–
gadas en el sentido del nuts refinado ultrainonta–
nistno, de firmeza de ca1 ácter
y
dotado de virtn–
(les apostólicas, ce1ebró en sn
diócesi~,
en los dias
trascurridos del
16
de Agosto al
3
de Setiembre
de
1868
nn
sínodo) en el que se
aco1~daron
diferentes
medidas euyo carácter no
es
el n1omento de apre–
Ciar.
Gniado el mencionado obispo por sus
jdeas
anti-regalistas, se limitó
á
pon.eren conocimiento
de la autoridad eivil su propósito de celebrar este
sínouo, sin esperar el permiso correspondiente y la
designacion
del
funcionario que, en representacion
del soberano temporal, debía concurrir, como las
•
leyes lo prescriben, á las sesiones que se celeb1
en.
Oelébrado el sínouo, sns acuerdos fueron p_ro–
Innlgados por el refei'ido
obispo~
sin recabar el vré–
vio
pase
r1el patrono nacional.
I.~as
.autoridades
volíticas reelamaron
de
esta nu8va violacion de
lc13
leyes y sus recl an1os fueron desatendidos. Mon–
señor Huerta, en su oficio de
31
de Mayo ele
1869
a
1
prefecto de Pnno; decía
entre otras cosas:
<<Estoy
resuelto
á
llevar
á
cabo las constituciones
. inodales punenses sea cual fuere el resultad o. Si