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sentó el virey del Perü seüor José Abascal y Souza
{t
su sucesor) señor ,Joaquin de la Peznela, hablan–
do de los suntos eclesiásticos decia entre otras
cosas:
e
El patr011ato atribuido
á
nuestros monar–
cas en América de un 1noclo tan ámpHo y sin ejein–
plar entre los detnas soberanos que lo gozan,
se
halla fundado adernas en el extraoldinario 1né1·ito
de su descubrinúento
y
red~tccion
al católico culto de
tantas y de tan
nun~erosas
naciones que la ptteblan.
~
72.-El nüsmo parecer enlitieron en diversas
oca~iones
el señor Abreu del concejo y cán1ara
de indias, Solorzano y ·van Espen, cuya opiniones
creen1os innecesario reproducir; por que se encuen–
tran en casi todos los libros que tratan esta Ina–
teria.
7d.-Esta 1uanera ele considerar el patronato
en toda época, no pertenece al dominio exclusivo
de la historia de España y de Atnérica; es del do–
nlinio de todos los países que el cristianis1no
llegó
á
abarcar en los periodos de su 1nayor -ex–
plendor.
]3Jn los primitivos tiempos de la era cristiana la
eleccion de los obispos se hacia por el clero en
union del pueblo, y esta práctica rigió por nlu–
cho tiempo, tanto en la iglesia griega como en la
latina.
N
o tenia esta intervencion, prerogativa
ó
dere(~ho
del pueblo, el no1nbre de patronato que
hoy le dan1os; peto la cosa era la nlis1na. Como