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una especial con · la fórn1nla del jtÚ·amento que·
debia
prestar~
en la cual
se contenia esta fra–
se:
«A
nadie rna.nifestaré el consejo
·
q e me co–
Inunicare (el sun1o pontífice) cuando llegare
á
saber–
lo., ya sea por si, por nuncios
ó
letras,
que haya de
resultar en su
pe1~juicio.
Seré auxiliar en. favor
ele ellos para defender el pontificado
ron1ano, y las
regalias de San Pedro contra todo ho1nbre.,
Con–
siliu.ntvero, quocl
núhi
creclituri snnt per se aut
nnntios, sive lüteras, ad eoru1n da1nnu1n, 1ne scien–
te,)
nemini panclar;n.
.Ade1nas, hubo nn tien1po en que el sefíor l\fedrano
pretendió desconoqer algunas ele las prerogativas
del patronato nacional.
Tal cosa sucedió cuando
fné non1brado vicario apostólico de esta diócesis,
prünero, por el señor Juan Muzi delegado de su san–
tidad~
y
obispo de Aulon despues. No
solan1e~1te
aceptó dichos cargos
y
se hizó consagrar enRio Ja–
neiro, sin prévia anuencia ni conocin1iento del go–
bierno, sino que
á
posteriori opuso resistencia
para exhibir algunos de los documentos
relativos
á
su institucion.
Estos antecedentes co1nprueban que los juran1en–
tos prestados por el señor Medrano¡ no fueron resul–
tado de la ünpre1neditacion, de la
~orprésa
ó del en–
gaño. Fueron el fruto de 1naduras deliberacjones
é
inspirados por el convencimiento que se adquiere
despues del estuüio
y
de un debate sério yconcienzuclo .
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