TIIATADO SESTO
na,
y
aprnhatla por la Iglesia ,
y
que Dios la oye,
y
conoce su
buen deseo.
La segund_a es de quien entiende las palabras ,
y
el sentido de
lo
que reza, mas no repara en nada, contento con deci1· Ja oracion
de memoria
ó
leida,
y
á
veces con alguna atencion ;
y
si repara en
algo que le mueva
á
1lcvocion, pasa adelante
y
acábase presto
(1 ).
Esta oracion es mejor que la pasada,
y
de la que usan comunmen–
te los cristianos; pero es como un recio turbion, que presto se aca–
ba,
y
si bien moja, no remoja ni riega la tierra.
La tercera manera de orar vocalmente es, de quien entiende
y
atiende
á
las palabras
y
al sentido de lo que reza,
y
no pasa de cor–
rida por ello , sino se Jetiene en lo que le causa devocion
ó
algun
buen afecto:
y
gusta
y
saborea de estar pensando en aquello que
mas (; mueve
y
aficiona la voluntad
ü
ser santo. Esta oracion es es–
celrnte:
y
muy pareci1la
:í
la lluvia mcnu<la
y
continua, ó
á
la nieve
que se
e_mpapa
en la ti erra
y
fertiliza.
Y
este modo de oracion (que
-tiene
a!_~-
de
l~
mental)
drb~
ser
~sa'.lo
de quien
quier~
aprovechar
muchotblf la virtud
y
perfecc10n cristiana,
y
gustar cuan suave es
el
Sefior. Dirasme que quisieras saheí· cómo es esta oracion para
ejercitarte en ella. Pues Ice el Padre nuestro, Ave-María
y
Credo,
<¡ne ponemos para dar gracias tlespues <le haber comulgado, en el
Trata1lo octavo,
y
quc<larás cnsefiado, que son buenos ejemplos de
esta oracion. l\1as no dcpré de poner aquí para
tu
ensefianza el mo–
<lo sencillo con que rezaba san Francisco el Seráfico la oracion del
Pa<lrc nu cs lro.
Padre
n uestro
(:;i),
Criaclor, ReJentor, Salvador
y
Consolador
nuestro :
Qiw estás en los cielos,
y
en los ángeles,
y
en los san–
tos,
y
en lo.s homhrns , alumbr:íntlolos para que se conozcan, é in–
flamándolos
en
tu clivino amor para que te correspondan.
Santifi–
cado sea et
ti¿
nombre.
Dadnos clara noticia
y
conocimiento de la
multitud Je tus misericor<lias,
y
de los beneficios que nos das,
y
de la largueza <le las promesas que nos haces,
y
que conozcamos la
alteza de tu gran :Majestad ,
y
el ahismt>
de
tus secretos juicios.
(i)
llicr.
ad
Euriam.-(~)
Tom. 3. Bib. Palrum.