est.o hien , ofrecerás tus
gencias de est.a manera:
Tl\ATA.001QUINTO
misas,
i
sufragios
T~Pe!ljf!!111ii~s,
íl
ind4J,-
Señor, Dios mio,. yO':os •ofrezco esta misar, perulencia,
ro~ario,
indulgencias (lo que fuere) !por ·el.,ápirpa sdti
N'. ·'
f:.Y lo que ellaHno
hubiere menester de esta.satisfaccion, os lo suplico se lo apliqheis
1
como yo le aplico , alcánima uiue mas deho, segun el órden de la
caridad , que mas cerca está1 de salir del purgatorio (
ó
al ánima que
mas necesidad tuviere,
y
desamparo tiene),
y
en caso de igualJad,
escojo y prefiero
<Í
la que Vos , Dios mio, sabeis que me inclinára
mas si la tuviera delante. Con este ofrecimiento siempre aprove–
chará tu aplicacion
á
una ánima en particular, ó á la que nombras,
ó á
la que le falta menos para salir,
ó á
la que tiene mas que pur–
gar. Pero has de aJvertir cuando le ofreces, que si es por la que
está mas cerca de salir, has de dejar la que tiene mas necesidad,
y
si la ofreces por esta, has de Jejar la otra.
¡¡,
Y
al fin, es bien que advierta quién deja en su testamento pa–
tronazgos, memorias,
ó
capellanías por su alma ,
ó
por las de sus
difuntos , que conviene dejarlas con el órden dicho en el ofreci–
miento, y mas que tenga intencion, de que toda cuanta satisfac–
cion le sobrare
á
él,
y
no huhiere menester para sí, ni para sus di–
funtos,
y
cualquier otro sufragio que
á
él se le aplicare despnes d1'
muerto, desde luego para siempre jamás hace donacion de ello, ó
al alma que está mas cerca de ir
á
gozar de Dios,
ó
á
la
mas des–
amparada (la que él mas gustare), para que así dure siempre con
fruto
s11
memoria y limos11a, y no se la lleve el tesoro de la Iglesia.
CAPITUtO XVIH.
.DE LOS J0131LEOS.
Y
porque haciemlo tú limosna á las almas, no te olvides de la
tnya, te aconsejo
t~ngas
muy grande cuidado
y
devocion de ganar
imlulgt~ncias
para
tí,
y
mucLo mas los jubileos, que
q~lÍere
decir,
. _¡
perclon
y
lihertatl, porc1uc con cada uno de ellos, ganado cou
devociou, se uos
pcrJon.~n
todas las penas, que por nuestros
('
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