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DE

L.\,

LIMOS1'..\..

3i 9

no ha de entrar en el cielo alma que. no esté muy purificada de toda

culpa

y

deuda. de pena, poi: ligera que sea. Y así tanto mas tat·dan

las almas·en pasar por este fuego, cuando mas tardaron en pecar,

y

cuanto fue mayor

la

culpa, tanto mayor se1·á la llama ,

y

cuaiJto

mas se apoderó de ellas la pasion loca de sus pecados , tanto mas

se cebará en ellas la pena discreta de sus tormentos. Y si como dice

san Bernardo (1): quien se detiene un ario en pecar, ciento ha de

penar, haz tú la cuenta , y mira

lo

que podrán estar en estos tor–

mentos ·almas amigas de Dios,

y

confirmadas ' en gracia (que es

mayor dignidad que set· mpnareas -del mundo) sin poder satisfacer

por si, sino les socorren los fieles crisLiaúos; y mas siendo estos tor–

mentos mayores que los que padecieron los mártires ,

y

aun el mis–

mo Rey de los mártires Jesucristo nuestro Señor. Y para que los

aprendás con mas viveza,

y

te cause mayor compasion, considera ,

que ves el alma de tu padre, madre, .hermano , hermana , pariente

ó

amigo, como vieron

á

otros algunos santos (segun refiere Dioni–

sio Cartujano,

y

otro) ya anliendó en un horno, calera, pozo,

ó

estanque de

fuego~

ya friéndose en sartenes de pez,

y

resina,

ó

en

calder.as

<le metal derretido; ya colgada de los pies con la cabeza

entre llamas; ya despedazándola <lragones, culellras, serpientes in–

fernales, abriéndole el pecho,

y

royéndote · las entrañas, dándole

gritos del dolot;,

y

diciéndote: Hijo , ten l:ístima , sácame dt' este

tormento : Hermano ayúdame y favoréceme en este trabajo , y pe–

nas en que estoy : Amigo mio, apiádate de mi alliccion, y librame

de estas llamas, que me queman, que me abrasan, que me ator–

mentan ¿Cómo pudieras dejar de acudirle

de favorecel'le, de

libra1·~

le, aunque fuera muy

á

cos~a

tuya? Y si es tu vieras tú eu la misma

afliccion

¿

con qué ansias pidieras ·

á

tu padre , madre

ó

parientes

que te ayudaran

?

¿Qué ternuras <ligeras? ¿Qué palabras hablaras?

¿Qué lágrimas,

y

rogativas hicieras para move1·

á

compasion? ¿Con

qué afocto repitieras aquello del santo Job? Compadeceos de mí,

á

lo mrnos los que sois mis amigos, que

Ja

mano <le · Dios me ha

herido. Pues esto mismo te dicen

las :ínimas de los difuntos;

'

(t)

Ann. et Ilcd. in Ps. 7.