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no ha de entrar en el cielo alma que. no esté muy purificada de toda
culpa
y
deuda. de pena, poi: ligera que sea. Y así tanto mas tat·dan
las almas·en pasar por este fuego, cuando mas tardaron en pecar,
y
cuanto fue mayor
la
culpa, tanto mayor se1·á la llama ,
y
cuaiJto
mas se apoderó de ellas la pasion loca de sus pecados , tanto mas
se cebará en ellas la pena discreta de sus tormentos. Y si como dice
san Bernardo (1): quien se detiene un ario en pecar, ciento ha de
penar, haz tú la cuenta , y mira
lo
que podrán estar en estos tor–
mentos ·almas amigas de Dios,
y
confirmadas ' en gracia (que es
mayor dignidad que set· mpnareas -del mundo) sin poder satisfacer
por si, sino les socorren los fieles crisLiaúos; y mas siendo estos tor–
mentos mayores que los que padecieron los mártires ,
y
aun el mis–
mo Rey de los mártires Jesucristo nuestro Señor. Y para que los
aprendás con mas viveza,
y
te cause mayor compasion, considera ,
que ves el alma de tu padre, madre, .hermano , hermana , pariente
ó
amigo, como vieron
á
otros algunos santos (segun refiere Dioni–
sio Cartujano,
y
otro) ya anliendó en un horno, calera, pozo,
ó
estanque de
fuego~
ya friéndose en sartenes de pez,
y
resina,
ó
en
calder.as<le metal derretido; ya colgada de los pies con la cabeza
entre llamas; ya despedazándola <lragones, culellras, serpientes in–
fernales, abriéndole el pecho,
y
royéndote · las entrañas, dándole
gritos del dolot;,
y
diciéndote: Hijo , ten l:ístima , sácame dt' este
tormento : Hermano ayúdame y favoréceme en este trabajo , y pe–
nas en que estoy : Amigo mio, apiádate de mi alliccion, y librame
de estas llamas, que me queman, que me abrasan, que me ator–
mentan ¿Cómo pudieras dejar de acudirle
.¡
de favorecel'le, de
libra1·~
le, aunque fuera muy
á
cos~a
tuya? Y si es tu vieras tú eu la misma
afliccion
¿
con qué ansias pidieras ·
á
tu padre , madre
ó
parientes
que te ayudaran
?
¿Qué ternuras <ligeras? ¿Qué palabras hablaras?
¿Qué lágrimas,
y
rogativas hicieras para move1·
á
compasion? ¿Con
qué afocto repitieras aquello del santo Job? Compadeceos de mí,
á
lo mrnos los que sois mis amigos, que
Ja
mano <le · Dios me ha
herido. Pues esto mismo te dicen
:í
tí
las :ínimas de los difuntos;
'
(t)
Ann. et Ilcd. in Ps. 7.