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mente los Concilios de Arles v Nicea decidieron
que «era válido el bautismo de los herejes admi–
nistrado en el nombre de la Santa Trinidad.»
CAPITULO X.
APOLOGISTAS.
Defensores del C1·istianismo -
Principales Apologistas -
Sus escritos.
Dei'ens o:res del
cri!
9tia:n.i§Hno.
Combatida la Iglesia por todos los podel'es de
Ja tierra
y
atacada en su
fé
y
unidad por los er–
rores de los herejes, sostuvo irna heróica lucha,
de Ja que al fin salió triunfante, gracias
á
la pro–
teccion divina, que se ostentó poderosa con fre–
cuentes milagros, á la sublimidad de su doctri–
na, que muchas veces convirtió á sus enemigos
en sus mas ardientes partidarios,
y
á las virtudes
de sus hijos, que con su snngre atestiguaron la
verdad, ó la defe11dieron refutando las calum–
nias
y
argumentos de los sábios del pagani smo.
Principa"B.e§ ap3logistas -
Llámanse
apologistas los cristianos ilustres que, durante
los tres primeros siglos de la Iglesia, la defendie–
ron con su sabiduda
y
escritos de las calumnias
y
ataques de los paganos
y
de los errores de los
herejes. Los apologistas ma s notables son: en
el siglo segundo, S. Justino, Taciano, Atenago-