![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0123.jpg)
SENOR NUESTRO.
109
§.
XXXVI.
Da Jesucristo testi1nonio de su divinidad.
Algunos dias despues les predixo el Salvador su infe–
liz destino por causa de su obstinada incredulidad, y les
dixo :
To
me
voy, y vosotros
me
buscaréis
,
y moriréis
eti
vuestro pecado
por no haber querido ábrir los ojos á la
luz: por no haber querido reconocer en mí al Mesías: si
no creeis que soy yo, añadió, ciertamente moriréis en
vuestro pecado.
i
Quién eres
tú~
replicáron los judíos.
Re pondióles Jesus:
To, que os hablo, soy ante todas las
cosas.
Como si dixera: yo que os hablo, soy el principio
y
el criador de todas las cosas: yo soy el que os he dicho
que yo era el hijo de Dios: yo soy la luz del mundo, el
pan de vida, el Mesías tan ardientemente deseado, y por
tanto tiempo esperado. Yo soy el Salvador del mundo.
Todavía tengo bastantes cosas que decir de vosotros,
y
por que condenaros; pero cuando hubiéreis levantado
al
Hijo del hombre, entonces conoceréis quién
soy
,
y
sa–
br i qu
siempre os he dicho la verdad. Habla aquí Je–
su ri
to de su muerte de cruz: despues de mi muerte,
les
dixo, conoceréis que soy Dios, que en todo cuanto hago
obro de concierto con mi Padre, y que vuestra suma in-·
fi
licidad será el no haber querido conocer lo que soy.
Hablando Je us estas cosas, dice el sagrado Historia–
dor , que creyéron muchos en
él;
y encarándose á éllos
el alv dor, les dixo: Si permaneceis firmes en creer lo
que o he dicho, seréis efectivamente mis discípulos, co–
noceréis la verdad, y la verdad os pondrá en libertad.
i
Como nos dices, le replicáron, seréis libres , pues como
d
endientes que somos de Abré!han nunca hemos sido
e 1 vo
~
Replicóles Jesus: Sabed que el que peca es es–
cl vo del pecado: si vosotros sois hijos de Abrahan, ha–
c d obras digna de Abrahan;
i
pero no me direis por qué
bus ais cómo quitarme la vida
á
mí que os he dicho la
verdad
la cual he aprendido del mismo
Dios~
Cierta–
m
nte que Abrahan no obró jamás de esta suerte. Al oir
esto
algunos
del auditorio ,
le
dixéron : Nosotros no
tene--