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DESPUES

DE PENTECOSTES.

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al rededor de élla ; no es menester mas que el descuido de

un

cuerpo de guardia, el quedarse dormida una centi–

nela, una pequeña brecha, un subterráneo para introducir–

se

hasta en la ciudadela. Este enemigo formidable, suül

y

astuto no necesita que le vayamos

á

buscar: nadie me–

jor que él penetra las verdaderas disposiciones del cora–

zon; para lo cual le basta ver las mas leves faltas exterio–

res: el mas ligero enfado le da ocasion algunas veces

pa–

ra encender en el corazon un rencor criminal;

y

ua po–

co de familiaridad le basta para encender un amor im–

puro. Renováos en el espírim; es decir, sinceramente

y

no en la apariencia. Si la renovacion interior es verdadera,

bien presto estará reformado todo el

exterior~

Tened el

dulce consuelo de ver los efectos de esta renovacion en

toda vuestra conducta ; de modo, que el que tomaba la

hacienda agena , no solo no la tome ya, sino que socorra

á

sus hermanos con la suya propia

Qui furabatur

,

jam

non furetur.

Desterrad de vosotros la ociosidad , que es

un manantial fecundo de infinitos males. Un hombre ocio–

so, dice el Sabio, huyendo del trabajo , se abandona

á

mil

deseos injustos

(Prov.

2

r. ):

Noluerunt quidquam manus

·

ejus operari: Tota die concupiscit, et desiderat.

El

hom–

bre , dice

Job,

ha nacido para el trabajo , como el ave

para volar

(Tob.

5.):

Homo nascitur ad laborem

,

et avis

ad volandum:

Por tanto, aquel que

por

una pereza poltro–

na vivia de las limosnas de los fieles, ó tal vez de

lo

que

hurtaba, trabaje con sus manos en alguna cosa honesta:

Operando wanibus suis quod bonum est;

para que de este

modo no solo tenga él con qué vivir , sino tambien con

qué aliviar

á

los que se hallan en necesidad

y

no puden

trabajar:

Ut habeat unde tribuat necessitatem patienti.

Nótese que el Apóstol quiere que se trabaje para vivir,

y

tambien para tener de qué dar limosna; pero que se tra–

baje en alguna cosa honesta , condenando con esto todo

oficio, todo exercicio indigno de un cristiano ; como son

ciertas profesiones incompatibles con la salvacion

y

con–

trarias

á

la santidad del cristianismo.

El evangelio de este dia contiene una parábola llena

de mi terios

y

de lecciones.

Acababa Jesucristo de contar muchas parábolas

á

la

gente que le oía ; la de la higuera infructuosa, á la que la