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DOMINGO DIEZ Y NUEVE
vea reynar en él la rectitud, la buena fe
y
la sinceridad.
Solo en el cristianismo es donde reyna la verdad: de él
e tá <lesterrado todo doblez ; ningun hombre, decian los
paganoS; mismos, es veraz.sino el cristiano. Esta sencillez,
esta Nerd$J.d, esta rectitud encarga aquí el Apóstol á los
fieles de Efeso: cuando uno está vestido del hombre nue–
vo es veraz
y '
real en sus sentimientos, en sus demos–
traciones de amistad, en sus palabras,
y
en todo el trato
de la vida civil. La razon que da el santo Apóstol para
que seamos. ingéouos
y
veraces es particular ; porque so–
mos, dice , mjembros los únos de los ótros. Todos los fie–
les no hacen sino un solo cuerpo, que es la Iglesia,
·y
este cuerpo místico no tiene por cabeza
sino
á
Jesucristo:
e.sta es la cabeza que gobierna
á.
todos los miembros;
y
siendo esta cabeza la verdad misma:
Ego sum veritas
;
todos sus miembros debeo aborrecer
la
mentira
y
la fal–
sed
ad. lrascimi.ni,et nolite peccare
:
Cuando os enojeis, no
os dexeis
1 evar hasta el pecado. Los efesios eran natu–
ralmente coléricos. La verdadera devocion no destruye
el natural,.
~ino
que le corrige; no extingue las pasiones,
sino que las doma ha
ra
hacerlas servir á la virtud
y
á la
perfeccion.. Sobre este principio encarga san Pablo, no que
no se enojen, sino que si se inflama su bilis en medio de
tantas contradiciones
y
ocasiones como se ofrecen en el
trato del mundo, procuren ahogar sus primeros movi–
mientos,
y
reprimir todos sus ímpetus; de suerte , que
jamás vaya hasta ofender á Dios:
Sol non occidat super
iracundiam ves.tram:
No se ·ponga
el
sol sobre vuestro
enojo. Quiere decir, luego que sintais que se enciende
esta pasion , sufocadla en su nacimiento, apagad sus
pri–
meras chispas., las que son capaces de causar un grande
incendio;
y
antes de acabarse el día reconciliáos since-
1·amente con los que pueden baberos dado ocasion de en–
fadaros. Se debe reprender cuando hay obligacion de
hacerlo por el estado, por el empleo,
ó
si no por caridad.
Pero
si
la pasion se mete á hacerlo, no tendrá buen efec–
to la reprensioo:
Nolite locum dare diabolo:
No dexeis
que
se
acerque á vosotros el demonio. El enemigo de la
salvacion, siempre en acecho para ver si se le proporcio–
na ocasion de entrar en la plaza , ronda continuamente