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DOMINGO DIEZ Y NUEVE
La -0racion de
/11
mita es la siguiente.
Omnipotenf et misericors Deus,
universa nobis adversantia pro–
pitiatur exclude
;
ut mente, et
corpore pariter expediti; quce
tua .runt, liberis ment ibus exe–
quamur: Per Dominum nostrum
Jesum Christum•••
Dios omnipotente
y
misericordio–
so, apartad de nosotros cuanto rue–
de ser contrario á nuestro verdade–
ro bien; para que no teniendo es–
torbo alguno ni en el alma ni en el
cuerpo, cumplamos libremente tus
órdenes: Por nuestro Señor Jesu–
cristo...
La eplstofa er del capitulo
4
ele la carta de san Pablo
á
los efesinos.
Fratrer: Renovamini .rpiritu
menti.r vestrce
,
et induite no–
'IJum hominem
, qui
.recundum
Deum creatus
e.rtin justitia,
et sanctitate v
eritatis. Propter
quod deponen es mendacium, lo–
'luimini veritatem unusquisque
cum proximo .ruo: quoniam su–
mus invicem membra. I ra.rci–
mini
,
et nolite peccare: sol non
occidat super iracundiam ves–
tram. Nolite locum dare diabo–
lo: quifurabatur ,jam nonfu–
'Tetur
:
magi.r autem laboret,
operan
do manibus suis quod
bonum
e.rt,
ut habeat unde tri–
bual
neceuitatem patienti.
Hermanos : Renováos en el espí–
ritu de vuestra alma ,
y
vestíos el
nuevo hombre , que fue criado se–
gun Dios en la justicia
y
en la san–
tidad de la verdad. Por lo cual,
abandonando la mentira , hablad
verdad cada uno con su próximo:
porque los únos somos miembros
de los ótros. Enfadáos , y guar–
dáos de pecar : no se ponga el sol
durando vuestra ira. No deis lu–
gar al diablo: el que hurtaba, no
hurte
ya:
antes bien trabaje,
ha–
ciendo con sus manos alguna co–
sa honesta: de modo que tenga
con que
dar al
que padece necesi·
dad.
NO TA.
(f
Los intérpretes son de parecer que san Pablo en esta
,, epístola se propuso oponerse, no solo
á
los cristianos
,, que judaizaban, sino tambien
á
aquellos que habiéndose
"convertido, conservaban siempre una secreta inclinacion
"á
la
idolatria
y
á
la libertad de costumbres.''
RE F LE X ION E S.
No
se ponga el sol sobre vuestro enojo.
Pocas pasiones
hay
mas aborrecibles
que
la
ira,
y
mas indignas de un hombre