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DESPUES DE PENTECOSTES.
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mundo. Ignora esta gerigonza, indigna de ·una lengua cris–
tiana. Finalmente, en medio del mundo acuérdate sin cesar
que eres cristiano.
DOMINGO
QUINCE
DESPUES DE PENTECOSTES.
.
Este domingo se llama en la Iglesia el domingo del hi–
jo
de la viuda de Nain , por cuanto el milagro de su re–
surrecciones el asunto del evangelio que se lee en la mi–
sa del dia , el cual estaba en uso en Roma desde el si–
glo séptimo. La epístola de este dia es una continuacion
de la del domingo antecedente. En élla da san Pablo mu–
chas
y
muy circunstanciadas instrucciones de la moral
cristiaqa, con una precision que dice mucho en pocas pa–
labras. Esta sola epístola da reglamento de conducta
á
todos los fieles ; en toda la Escritura no tenemos cos:i mas
útil
ni
mas instructiva. El intróito es una
breve,
pero
afectuosa oracion que el alma hace
á
Dios , animada de
una viva confianza en su misericordia.
Inclina, Domine, aurem tuam ad me
,
et exaudi me:
Señor, escucha mi oracion,
y
óyeme. David añade:
Qua..
niam inops et pauper sum ego
:
Porque soy pobre y nece–
sitado. Una de las mejores disposiciones para que la ora–
cion
sea eficaz , es sentir uno su pobreza y su necesidad.
Cuando todo nos lisonjea , cuando todo tiene para nos–
otros un semblante risueño estamos contentos. Nadie sale
de su casa cuando en élla reyna la abundancia
y
la pros–
peridad; facilmente nos pasamos sin la ayuda del vecino
cuando todo nos sobra. Pero cuando todo el respL10dor
que nos embaucaba se apaga 6 se obscurece, cuando la
pobreza se nos echa
á
cuestas, cuando nos vemos abando–
nado
y
aborrecidos de las criaturas recurrimos
á
üios
con confianza
y
con fervor. Siempre es viva la oracion
cuando es humilde;
y
siempre es eficaz cuando nace de
Un corazon contrico
y
humillado. Las honras
y
la
ri–
queza
tienen unos atractivos que suspenden
frecuence-
Tom.
V.
p