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DESPUES DE PENTECOSTES.
23r
tera:
si
se sembró mal grano, no se puede coger sino zi–
zaña. Si solo hacemos obras de tinieb1as, no podernos co–
ger sino corrupcion; pero si sembramos obras de espíri–
tu ; esto es, si vivimos segun el espíritu de Dios,
coger~
mos la vida eterna.
Bonum autem fa cientes, non deficiamus:
Haciendo
y
obrando bien no desfallezcamos; porque si
no afloxamos en el bien obrar, contim'1a el Apóstol , á
su
tiempo haremos la cosecha correspondiente. Durante esta
vida sembrarnos para la eternidad : en la muerte es pro–
piamente cuando se siega
y
se hace la cosecha;
y
enlion–
ces no se coge sino lo que se ha sembrado.
i
Has seguido,
durante la vida, los deseos de la carne; has vivido segun
el espíritu del mundo? tu cosecha será la corru pcion,
unos pesares inútiles
y
unas desdichas ·eternas.
i
Has teni–
do una vida inocente, pura, mortificada, una victa espi–
rita!
y
cristiana? tu cosecha será la eterna felicidad. La
vida eterna, dice san Pablo
(Roman.
2.),
es para aque–
llos que obrando el bien constantemente aspiran á la ver–
dadera gloria,
á
la honra sólida
y
real,
y
á
la inmorta–
lidad.
Ergo dum tempus habemus
,
operemur bonum ad
omnes:
Y así mientras tenemos tiempo, hagamos bren
á
todo el mundo.
y
principalmente á los que componen la
familia de los fieles. Hagamos todo el bien que podamos
mientras que estamos en esta vida; porque en la muerte
ya no será tiempo de hacerlo. Vanos pesares, estériles de–
seos, promesas, arrepentimientos frívolos ·á .la hora de
la muerte. El dia va á espirar, nuestros dias-están conta–
dos,
y
se escapan sin que podamos detenerlos; obremos
bien mientras que tenemos tiempo de hacerlo. Empece–
m06
por hacer bien
á
todo el mundo , principalmente
á
nuestros hermanos, no solo asistiéndolos con nuestros bie–
nes, sino tambien edificándolos con nuestros buenos exem.
plos; ésta es una especie de limosna de obligacion, de la
cual ninguno está exento.
El evangelio de
la
misa de este dia contiene la historia
de la resurreccion del
hijo
único de la viuda de Nain, con
todas las circunstancias de este gran milagro.
Habiendo salido el Salvador de Cafarnaun , donde
babia curado de una manera tan milagrosa al criado del
Centurion, pasó por una ciudad llamada Nain: era és ta
una pequeña ciudad hácia la extremidad de la baxa
Ga-
p
4
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