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DOMINGO QU1NCE

mente 1a fe,

y

siempre entibian la devocion: las adver–

sidades ]a avivan;

y

ninguna cosa

om

h

.ce recurrir

á

Oios

mas afectuosamente que la persecucion. Uavid,

perse~tli­

do por Saul ó por Absalon, reconoce su 11ad,1, la que per–

dia

de

vista en la prosperidad

y

sobre el rrono,

y

duran–

te esta persecucion , esta afliccion , este abandono univer–

sal de las criaturas es cuando recurre á Dios. Quizá este

Rey atligido

y

perseguido no hubiera orado

al

Señor con

tanto ardor

y

confianza si no se hubiese hallado cou una

aflir.cion tan grande.

S alvum

fac

servum

tuum,

Deus meus, sperantem

in

te:

Conservadrne, Dios mio;

y

salvad á un siervo que po–

ne en vos solo toda su esperanza: Tened compasion, Se–

ñor, de un siervo que no cesa de implorar dia

y

noche

''uestra misericordia.

Lcetiftca animam servi tui; quia ad

te

,

Domine,

animam

meam levavi:

Consolad , Señor , el

alma de vuestro siervo, pues en su afliccion

y

en sus pe–

nas pone en solo vos toda su confianza,

é

implora vues–

tra sola ayuda. Ya se dixo en otra parte, que el levantar

el

alma hácia alguna cosa, es un modo de hablar bastan–

te cornun

en la

Escritura para expresar el deseo ardiente

que se tiene de obtener lo que hace el objeto de nuestros

votos. Pocos salmos

hay

mas afecmosos que éste. Un sier–

vo de Dios es quien derrama su corazon

dela.He

del Se–

ñor con una entera confianza.

Un

cristia

no acom

etido de

una tentacion violenta no puede hacer una mas bella de–

precacion: nada es mas vivo, nada mas afectuoso, nada

mas tierno que este salmo ochenta

y

cinco : este salmo

debia ser nuestra ordinaria deprecacion cuando estarnos

afligidos

y

desconsolados.

La episto1a , como hemos dicho, es

una

instruccion

circunstanciada

de

los mas importantes

punto~

de la mo–

ral

cristia'na, es una leccion importante en que se inte–

rec;an todos los fieles ,

y

que mira

á

todas

las edades

y

condiciones.

Si

spiritu vivimus,

no&dice

el

santo Apóstol,

et spiritu

et

ambulemus:

Si estamos animados del espíritu de Dios,

si no vivimos segun la carne ni segun loe; perniciosos de ..

seos de la concupiscencia,

i

somos verdaderamente cris"'

tianos, vivamos

de un

mddo totalmente•

cri

tiano: si el

espíritu

de Jesucristo es

el .que

nos

aníma, caminemos