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DE
CUARESMA.
mit teptem alio1 1piritus 1ecum
nequiores
Je:
et intrantes
ha–
bitant
ibi:
et fiunt
novissim:i
hominis illius pejora prioribus.
Sic· erit et generationi huic
peuimce. Adhuc eo loquente ad
turbas, ec'ce mater ejus, et fra–
tres stabant foris, quierentes
loqui ei. DiYJit autem ei qui–
darA:
Ecce mater tua, et fra–
tres tui foris 1tant qu«irentei
te. At ipse respondens dicenti
sibi, ait:
Quie
est mate1· mea,
et
qui
1unt fratre1 mei
~
Et ex–
-tendens manum in discipu/01
1uo1, dixi.t_,
·~
SccJ mater mea,
· e~
firatres mei. Quicumque
e–
ni:Ji "fecerit voluntatem PatriJ
~:1ei ,
qui
in
crelis est, ipse meus
Jrater,
et
soror,
et
mater
est.
·tónces va, y toma consigo otros sie–
te espíritus mas malvados que él;
y
entrando, habitan allí,
y
se hace el
nuevo estado de aquel hombre peor
que el primero. De la misma mane–
ra acontecerá
á
esta generacion pé–
sima. Estando todavía hablando
á
las turbas, he aquí que su madre
y
sus hermanos estaban afuera soli–
citando hablarle.
Y
uno le dixo:
Mi–
ra que tu madre
y
tus hermanos es–
tán afuera buscándote; Pero él, res–
pondiendo al que Je hablaba,
di~p:
i
Quién es mi madre, y quiénes son
mis hermanos
?
Y
extendiendo su
mano hácia.sus discípulos, d1xo: He
aquí mi madre y mis hermanos; pues
cualquiera que haga la voluntad
de
mi
Padre, que está en los cielos,
es
mi hermano,
y
mi
hermana,
¡
mi
madre.
MEDIT ACION.
Sobre la recaida.
P
U N T
O
P R
I M E R O.
Considera
co~o
la recaida en el pecado es err- odo se–
mejant~
á
la recaida de las enfermedades; una
y
otra
tienen la misma causa
Y.
el mismo peligro. Es cierto
que–
las recaídas en las enfermedades son causadas las mas ve –
ces por los mismos humores que habían alterado el cuer.
po la primera vez, los cuales no se purgaron de todo
punto. Lo mismo se puede decir de los pecados en que se
cayó despues de haberse confesado: se debe temer mucho,
que estos nuevos
pecad.ossean efectos de los antiguos,
cuya absolucion no habia sido sino aparente por falta de
contricion. Un vivo pesar, un dolor fuerte, un arrepenti–
miento sincero de una falta grave, no dexan de producir
algun efecto: juzguémoslo por el arrepentimiento natural
que tenemos, por el dolor vivo que sentimos de un exce o,
que ha estado para ocasionarnos la muerte; de una ímpr\u-
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