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MIÉRCOLES PRIMERO
buenos de.seos que habias formado: has pecado
á
la vista
de todo lo que podía hacerte dificil el pecado: has hecho
inútiles todos los obstáculos que podian trastornar aquel
mal designio; te has determinado
á
pecará vista del in–
fierno,
á
pe ar de todas las amenazas de un Dios enoja–
do, de todas las reprensiones
y
remordimientos de la con–
ciencia; ¿qué destrozo no hará un torrente que ha po–
dido forzar diques tan fuertes?
Y
si es verdad que despues
de
una acciop, de una piedad magnánima es dificil con–
denarse; ¿no se podrá decir , que des pues de una seme.
jante recaída es como imposible salvarse? Preservadme,
Señor, de esta desgracia; quitadme antes la vida, que
pierda la gracia _despues de haberla recobrado; preser–
vadme por vuestra gracia de toda recaída;
y
haced que
evite desde hoy toda ocasion de pecar.
JACULATORIAS.
(,.
Perfice
gressus meos
in
semitis tuis:
ut
non moveantur ves-
tigia mea.
Salm.
16.
•
Afirmad bien mis pies
en
el camino que llevo hácia vos,
Señor, no sea que venga
á
extraviarme.
Ne projicias
me
a
facie tua, et spiritum sanctum tuum ne
auferas
a
me.
Salm.
50.
No me arrojeis, Señor, de vuestra presencia, ni permitais
que
~estro
santo espíritu se retire de mí.
,
PROPOSITOS.
1
E1
cuidado que se tiene para prevenir
é
impedir
la recaída de un enfermo convaleciente,
y
el desvelo con
que está éste convaleciente para no volver
á
caer en–
fermo, deben servirnos como de motivo
y
de modelo para
prevenir toda recaida. Atiende
y
mira que ya estás cura–
do, dice el Salvador; cuidado con no volverá pecar, no
sea qtJe te suce.,da alguna• cosa peor. Para esto procura
huir de las menores oca'!-iones de recaer. Examina qué es
lo ·que te sirvió ó te puede servir ocasion de
pec~r
para
levitarlo. Pórtate despues de tu conversion como un enfer–
mo que sale de una grande enfermedad; nunca mas cui–
dado, nunca mas eircunspeccion, nunca mas sobriedad,