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(.
I
3r8
MIERCOLES PRIMERO
les respondió con ayre, bien que dirigió la respuesta al
pueblo que estaba al rededor de sí: El pedirme que haga
un milagro, que dé golpe ó en el cielo ó en el ayre, les
dixo, no solo es una vana curiosidad de estas gentes, si no
tambien una insigne malicia. La peticion que me hace
esta depravada nacion no les será concedida del modo
que la desean. No la faltarán milagros ; pero el ma–
yor ,
y
el que élla ménos espera, será aquel de que el pro–
feta Jonás fue figura; quiero decir, mi muerte
y
mi re–
surreccion. Nadie ignora que Jonás fue arrojado al mar
para aplacar la tempestad que se babia levantado por su
culpa; y que .,Dios quiso que un monstruo marino (se
cree que fue una ballena) se le tragára. Estuvo tres dias
en el vientre de este animal ; el cual al tercer dia le
arrojó sano
y
salvo en la playa, de do,nde fué
á
pre–
dicar la penitencia
á
los ninivitas, los que todos se con–
virtiéron. La entrada del Profeta,
y
su salida del vien–
tre de la ballena despues de haber estado tres dias en
él , denotan visiblemente la muerte de Jesucristo , el
tiempo que su cuerpo babia de estar en el sepulcro,
y
su
gloriosa resurreccion. Este modo de responder por figu–
ras ha estado siempre en us.o entre los orientales,
y
sin.
gularmente entre los judios' ; asi comprendiéron fád l–
mente lo que el Sa lvador queria decirles. Si
el
milagro
sucedido en la persona de Jonás pudo obligar á los ninivi–
tas á recibirle como á enviado de Dios,
y
á creerle sobre
su
pal~rn
;
i
qué no debe obrar el prodigio can nuevo de
la resurreccion gloriosa del Hijo del hombre? iNo será es·
ta una prueba manifiesta de que es Dios quien le ha en–
viado al mundo para salvar á su pueblo? En efecto, este
prodigio de la resurreccion es la prueba incontestable del
que los apóstoles se sirviéron para la conversion del
universo. Continuando el Salvador la alegoría, añadió:
Los nini vitas se levantarán en el juicio con tra esta na–
cían , y la condenarán ; porque luego que oyéron la
predi cacion de Jonás, hiciéron penüencia;
y
és tos no
. se convierten por mas que yo, que soy el Hijo de
Dio$
vivo , les predico; y les convenzo con razones
y
con
milag ros.
¡
Terrible comparacion la que se hará el dia
del juicio entre un bárbaro convertido , y un cristia–
no nacido en el seno de la Iglesia , entre muchas per-