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. DE
CUARESMA:
\
'
'· 1
MEDI'TACI~YN.
Del respeto
y
reverencia que se debe tener
á
los templos.
"
.
PUNTO PRIMERO•
.Considera como nuestras iglesias son
la
casa de Dios
vivo,
el
santuario de la divinidad, el templo augusto don–
de reside no la arca del viejo Testamemto, sino la divina Eu·
caristía, de la cual arca solo era una débil figur-a ; nues–
.t_ras iglesias son
~l
lugar mas santo que puede haber sobre
la tierra,
tant~
por la presencia real de Jesucristo que re–
side en éllas, y por el divino sacrificio que allí se ofrece,
conio por la eleccion especial que Dios ha hecho de éllas
para oir nuestros votos, y recibir nuestro culto. Para ha–
cer santo cualquier lugar basta que esté destinado }>ara
}Jonrar á Dios: si desde el momento en que ha sido consa–
grado solamente para este uso, es venerable
á
los ánge–
les , terrible á los demonios ,
i
cuán respetable debe ser
desde ent6nces
á
los hombres? Toda la santidad , que el
nacimiento del Hijo de Dios comunicó al establo de Belen,
toda la que su sangre comunicó al calvario , y su cuerpo
muerto al sepulcro , toda se encuentra en las iglesias de
los cristianos. Lo que hace formidables nue.
t-r&
iglesias,
no es ya una nube milagrosa, como la que llenó el tem–
plo de Jerusalen; es el mismo J sucristo, que tiene allí su
mansion , como en el cielo la mansion de su gloria : si yo,
pues , cuando entro en nuestras iglesias , cuando me acer–
co
á
los altares , no me siento penetrado de aquel santo
terror , que inspira la cercanía de los mas santos lugares :
si no advierto en mí aquellos sentimientos que hacen de–
rramar tantas
y
tan dulces lágrimas
á
los ojos de los que
tienen la dicha de ver el pesebre en que nació Jesucristo:
si yo no siento aquellos transportes de amor y de gozo,
que han hecho espirar
á
algunos subiendo al monte don–
de el mismo Dios fue crucificado, 6 besando los vestigios
que dexó impresos cuando subió
á
los cielos; esto no pue–
de ser otra cosa que falta de fe, indevocion
y
efecto de
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