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DE
CUARESMA.
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para impedir que recibamos las gracias
y
los favores sin–
gulares que derrama abundantemente sobre tod os los que ·
vienen á adorarle en su templo, donde oye sµ s plegarias
y
sus votos; este es el motivo que tiene el demonio para
cometer tantas irreverencias en el lugar santo. Los mila–
gros que hizo el Salvador, despues de esto, en el templo
mismo, le atraxeron nuevas aclamaciones. Los niños no de–
xaban de gritar:
Viva el hijo de
David~
bendito el que vie–
ne en el nombre del Seiior;
miéntras .que los príncipes de
los sacerdotes,
y
los escribas ó intérpretes de la ley no
cabían de despecho contra
él.
¡Cosa extraña! Los prínci–
pes de los sacerdotes
y
los doctores de la ley ven que
Je
sucristo hace milagros;
y
en lugar de imitar á los niños
que le glorifican , no pueden disimular el pesar que ti enen
de verle honrag,o. Jesucristo los dexa
, .y
sale de la ciudad
para irá Betánia, donde se hospedó. Ved aquí el triste efec–
to del endurecimiento de los judíos,
y
la causa funesta de
su reprobacion. Las exhortaciones del Salvador no les ha- ·
cen la menor impresion; sus milagros los hacen mas oos–
tinados; resisten con protervia
á
las contínuas solicitacio–
nes de la gracia. El Salvador por último los dexa
y
los
abandona;
y
va á hospedarse en casa de unas personas mas
dóciles
y
mas religiosas.
¡
Exemplo terrible del mas espan-
toso castigo que puede Dios descargar sobre una alma!
~
· Libertinos, mugeres del mundo , gente sin religion , vos–
otros resistis á las mayores gracias, nada os mueve, rehu–
sais con fiereza el convertiros: Dios no dexa de
P-'
ontrar
almas dóciles que le indemnizan de vuestra pé?filda; Dios
calla, Dios se retira; y vosotros moriréis en vuestro ¡:e–
cado.
La
oracion
de la mita de este dia es la 1iguiente.
Rerpice
,
D omine
,
famtli am
tuam
,
et prcena
:
ut apud te
menr nostra tuo deriderifJ
ful-
'
.
.
g ecit, quce se carmr .m,acerdtio-
ne
castigar:
Pd
Dommum noi-
trum
Juun
1
Christum...
-
Señor , mirad á vuestros siervos,
y haced que nuestra alma, casti–
gada con la mortiticacion de la car–
ne , brille
á.
vu.estros ojos por los
deseos que tiene de agradaros : Por
nuestro Señor J esucristo...
V
2