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DE CUARESMA. '
305 .
se tenia en esta parte interior del templo una especie de
feria, en que se vendían animales para los sacrificios. San
Gerónimo dice, que tambien se ixestaba dinero baxo de
caucion
á
los que no le ,tenían, para comprar las cosas ne–
cesarias, durante la feria. Esto era una especie de cam- .
bio
y
de banco en favor del público. Los sacerdotes que
habian dexado que se introduxera esta mala
cos~umbre,
podian sacar una grande utilidad de élla. Viendo el Hijo
de Dios este indigno tráfico, se armó de zelo ,
y
arrojó á
tt>dos estos mercaderes de · iniquidad , que profanaban el
santo templo, diciéndoles:
Está escrito, Mi casa se llama–
rá casa de oracion;
por consiguiente casa de liberalidad
Y\
de gracia, donde se pide , donde se consigue , donde los do–
nes del cielo se derraman abundantemente sobre los hom–
bres;
pero vosotros la habeis hecho cueva de-ladrones,
don-·
de robais á Dio/los homenages que espera de
vue~tro
re–
conocimiento; al próximo le habeis robado la edificacion
que esperaba de vuestra piedad;
y
á
vosotros mismos el
socorro que debeis á vuestra alma. Habeis hechQ de e9ta
casa de Dios una cueva de ladrones, donde cometeis por
vuestras usuras toda suerte de latrocinios. Una repren–
sion tan severa ; un castigo tan público , reiterado por dos
veces en tiempos escogidos, expresamente executado por·
la mano del Hijo de Dios , no puede dexarnos dudar de la
~
enormidad del delito.
i
Pero de qué se
trataba~
Se trataba
del respeto debido por los hombres
á
la casa del Señor,
y
violado por la
ir~solencia
d:_ los
~ombres
.. Se
pi~
1
t7
decir.
que el zelo de la casa del Sénor hizo, en cierto 1ñódo, que
el Salvador saliera de su carácter de mansedumbre, de pa–
ciencia, 4e benignidad. En efecto, ver
á
Jesucristo, de
quien babia dicho el Profeta, que no sabría enojarse ;
y
á
quien nos babia figurado corno á un hombre incapaz de
hablar alto, de contradecir ,
y
aun de acabar de quebrar
una caña quebrantada, verle , vuelvo
,á
dedr , con
el
azo-
te en la mano desplegar su zelo sobre aquellos que trafi-
caban en el templo, trastornar las mesas de los cambian-
tes,
y
arrojar por tierra el dinero, infundir el terro r
y
la
confusion entre el pueblo;
i
qué cosa mas propia
y
mas efi-
caz para hacernos comprender cuán grande deli to es
no esta.r con respeto en las iglesias,
y
profanar14s? Esta
muestra de autoridad tiene alguna cosa de adrnirahle;
y
Tum.t
V