DE
CUARESM~
~1
feta, que n·o encuentre al
Señor~
Sí: Dios está en el infier–
no; pero está no como padre, no como salvador.;
y
estos
son los solos nombres, estas las solas calidades
en
que se
complace: en el infierno está como juez para castigar eter–
namente
á
los condenados;
y
esta es una calidad que no
es de su gusto, por decirlo así; porque su misericordia es
su virtud favorita; porque no había criado criatura algu–
na
para
condenarla.
Apartáos d
e mi; y á este momento
decisivo
tod.oslos réprobos serán
precipitados.alinfierno.
¡O
Dios
! i creen esta espantosa v
erdad los que osofeoden1
¡Ah Señor, juzgadme ahora; castigadme con todo el rigo.r
que querais; sed para mí al presente un j.uez severo, pa–
ra que en aquel dia último no seais sino mi Salvador:
Híc
ure, hic seca, modo in teternum parcas.!
() J
AC U L AT O R 1AS.
N e perdas
eum
impiis animam meam.
Salm.
'25.
Señor,
no
permitais que yo sea confundiao con los répr4>bos
en aquel dia terrible.
Domine, ne in furore tuo arguas me, neque in ira tua cor-ri–
pias me.
Salm.
6.
Señor, castigadme en esta vida,
y
no
reserveis mi casti–
go para el dia de vuestra indignacion.
PRO POS ITOS.
t
Por mas
que
se crea una verdad
tan
teilr1 le como
.la
del juicio final,
y
se viva como vive la mayor parte
de los fieles, los santos no perdian jamas d(f vista aquel dia
terrible. San Gerónimo afirma que le parecía oír dia
y
no–
che el- sonido de aquellas trompetas , que harán salir de ,
sus sepulcros
á
todos los muertos para venir á presen–
tarse ante el soberano Juez, para oír la sentencia de su
eterno destino..Haz tú lo mismo; piensa continuamente en
aquel dia último; no te contentes con tener hoy esta im–
portante meditacion; repásala una
ó
dos veces por lo me–
nos cada semana. No podrás tener una lectura de piedad
mas
util;
ten continuamente
en
la memoria el día del
juicio final.
Nos lastimamos algunas veces,
ó
por lo menos nos