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DE CUARESMA. 27r
sia ; á no ser que estés puesto por Dio s y
procurar su conver as frecuentes con
los enemigos de la son siempre que
siempre son conta rocura evitarlas si quieres con–
servar viva tu fe. El error y el cisma son un vene¡;¡o sutil, .
que se introduce igualmente en el espí~itu y en el cora–
zon, al mismo tiempo que se está mas alerta contra la sor–
presa. El espíritu de las mugeres es mas susceptible de es 4
te veneno. Los espíritus vanos., los soberbios ó corrompi–
dos por alguna pasion secreta y dominante, con dificultad
se defienden de él. Nunca falta un pretexto especioso,
que deslumbra y engaña: re.nueva ~odos los dias tus actos
de fe y de obediencia á la Iglesia. Asete a1 tronco: las ra–
mas se doblan y se rompen; el tronco está siempre firme,
y resiste á toda la furia de los vientos: si eres ignorante,
obedece ciegamente á la Iglesia, y di contínuamente: Yo
creo todo lo que la Iglesia cree, y detesto todo lo que la
Iglesia condena: si eres sábio, des~onfia de tus luces ; j or·
que ninguna cosa está mas sujeta al error que el espí ritu
particular. Somete tus luces y tus razones á las decisiones
de la Iglesia; solo élla tiene por herencia el espíritu de
Dios. Siguiendo una tal guia, no puedes extraviarte: no
lt:as jamas libro alguno sospechoso.
DE CUARESMA.
E1 primer domingo ae Cuaresma es de una celebr.idad
y de una veneracion particular en la Iglesia; está en la cla–
se de los mas privilegiados y de los ma-s sol.emaes; ~u ofi 4
cío no cede al de fiesta alguna; en él todo es instructivo y
misterioso; todo predica penitencia, de la cual es como la
fiesta solemne: se llama simplemente en la Iglesia latina .
domingo de Cuadra.gésima, y entre los griegos domingo
de los santos ayunos ó de la ortodoxia. ·
Antes del siglo d~cimo de la 1gles~a hahia ya en Occi–
dente la costumbre de llamará este d1a el domingo de los-