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DE CUARESMA.

!275

se sino de legumbres, exceden en la cantidad. De todo es–

to se ve claramente, que en la prohibicion del uso de la

carne

y

del vino en el aym10 ha pretendido la Iglesia pro–

hibir todas las delicadezas del gusto, y las invenciones de

la sensualidad .: tambien se condenaban los guisos demasia–

do exquisitos en las legumbres, siendo la fotencion de la

Iglesia, no tanto cercenar al cuerpo de su alimento por el

ayuno , cuanto minorar al cuerpo y al alma los atracti–

.vos del deleyte. La sensualidad puede encontrarse en la

misma abstinencia; y la Iglesia condena todas las delicade–

zas. Algunos buscan las delicias tambien en las legumbres,

decía con indignacion san Gregario Niseno.

La delicadeza y la relaxacion de los cristianos de es–

tos últimos tiempos se pasmarían si les contásemos la exac–

titud

y

severidasj. con que los fieles de aquellos primeros

siglos ayunaban

1a

Cuaresma. No solo las personas religio·

sas , sino tambien las gentes del mundo de toda edad, de

todo sexo , de toda condicion , así los grandes como el

pueblo, tanto el príncipe como el

~rtesano,

se

prohib~an

frecuentemente hasta el uso del pescado: muchos ayunaban

toda l'a Cuaresma

á

pan

y

agua ;

y

en los seis dias de la

semana santa no tomaban otra cosa, dice san Epifanio,

que pan seco con sal y agua, lo que se llamaba

xeropha

gia;

y algunos pasaban dos dias sin comer. ¡Qué diferen –

cia, buen Dios, de ayuno á ayuno, si se compara el

ayu~

no de aquellos primeros fieles con el ayuno de los cristia-

nos de este tiempo! ¡Los mas regulares no

son,

~J.it

';

re los

mas austeros! ¡Qué diversidad en las viandas

l\r:.

suntuo-

sidad en la misma abstinencia, qué delicadeza en los gui–

sados!

i

Bastará para el ayuno la diversidad de

alim~nto,

si

el gusto, si el deleyte lleva la delicadeza hasta el

extremo~

Solo

á

los principios del siglo XIII permitió la Igle–

sia que se anticipase hasta el mediodía la comida, la que

no se hacia todavía en los dias de ayuno de Cuaresma si–

no por la tarde despues de vísperas. San Bernardo y Pe–

dro de Blois, que vivian en el siglo XII, aseguran que du–

r ante la Cuaresma todos los fieles se abstenian de comer

como éllos hasta la tarde , sin que persona alguna , de cual–

quiera condicion que fuese ,_osase hacer su comida mas

temprano (

Serm.

3.

in Quad.

).

Para conservar siempre la

idea de esta antigua disciplina, ordena la Iglesia que du·

s

2