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PRIMER SÁBADO

mos perdidos, entónces será justamente ·el momento de

' nuestra libertad. Yo soy , nos 4ice entónces este ama–

ble Salvador: yo soy, que vengo á sacaros del riesgo,

y

á ·dar fin á vuestras penaSi. Advirtamos que miénti:as

que los discípulos no le conocieron, sino que le tuvieron

;por una ' fantasma, su presencia no calmó las olas ; füé

necesario para ello que les hablara, que le conocieran,

y

que entrara con éllos en la barca. Dios está siempre con

nosotros en nuestras penas; pero para recobrar la calma

es necesario conocerle, pensar en él,

y

creer que está con

nosotros: es ·necesario oirle hablar , escucharle,

y

conser·

var su presencia.

La oracion de la m!sa de c1te dia

e1

la 1iguiente.

Adesto, Domine, supplicatio-

Dignáos, Señ<l't , oír favorable–

nibus nosrris

,

et concede; ut

mente nuestras súplicas , y ha–

hoc

solemn~

jejunium, qtiod a-

cednos la gracia de que observe–

nimabur corporiburque curan-

mos devotamente este ayuno so–

dit

salubrit er imtitutum est

,

lemne , que ha sid9 instituido san–

devoto servitio celebremw: -Per

tarñente para curar las almas y los -

D ominumno1trumJesumChrfr-

cuerpos: Por nuestro Señor Jesu-

tum...

cristo.••

La eplstola es del capitulo

sS.

di/ profeta balas.

Heec dicit Dominur Deu;: Si

tJbttul

'" ..

~{(J.edio

tui catenam,

et derie.n

1

:ndere digitum,

et loqui qt1od

1...~n

prodest. Cum

ejfuderiJ

esurie~i

animam tuam,

et animam afjlictam repleverir,

crietur in. tenebris lux tua, et

tenebr<JJ tuie erunt sicut meri–

ilies. Et requiem tibi dabit Do–

minus semper et implebit splen–

iloribu.r animam tuam, et osJa

tua tiberabit , et erir quasi hor–

tus irriguur, et sicut fons a–

quarum

,

cujus non deficient a–

qu11J.

E!

iedificabuntur in te deur–

ta recúlorum: fundamenta gc–

neralio~iJ ~t

generationi.r sus-

Esto es lo que dice el Señor Dios:

Si quitares de en medio de ti la ca–

dena, y dexares de extender el de–

do, y de hablar lo que no aprove–

cha; cuando abrieres tus entrañas al

hambriento, y consolares al alma afli–

gida, nacetá tu

luz

deentre las tinie–

blas, y tus tinieblas se trocarán en

mediodia. Y el Señor te dará siem–

pre descanso, y llenará

tu

alma de

resplandores,

y

fortalecerá tus hue–

sos, y serás como un jardin bien re–

gado, y como fuente, cuyas aguas

no faltan jamas. Y los desiertos an–

tiguos serán poblad os por ti: echa–

rás los fundamentos para generacio–

nes

y

generaciones:

y

re llama-