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DE CUARESMA.'
reis vuestras perversas inclinaciones, si no os abandoná–
reis á vuestros deseos, si no profanáreis este dia tan santo
con banquetes suntuosos, con diversiones irreligiosas
y
con
otros excesos :
Facere voluntatem tuam in die sancto meo.
Finalmente, si le miráreis como un descanso delicado
y
delicioso,
y
como el dia santo
y
glorios9 del Señor:
Et
vocaveris sabbatum delicatum et sanctum Domini glorio–
sum.
Llama Dios al dia del Señor, dia delicado, 'dia sa–
grado, porque debe ser santificado con cuidado, con fer–
vor, con una delicadeza de· religion
y
de conciencia : día
anto, que no permite la menor profanacion, la menor in–
decencia: dia que Dios se ha reservado,
y
que quiere se
emplee todo en su ·servicio: día respetable, que jamas se
quebranta sin castigo.
i
Que no deben temer aquellos fieles,
que emplean tan \lnal el domingo,
y
los demas dias de fies·
ta~
El'
domingo
y
las fiestas son dias de descanso; esto es,
no se puede hacer en éllos obra alguna servil ; pero este
descanso no se nos ha concedido para pasar el día en
Q.i–
versiones profaaas. Los que creen haber sastifecho al ple–
~epto
con haber ·oido una misa,
i
tendrán la misma opinion,
es tarán tranquilos sobre este punto á la hora de la
muerte~
Tune delectaveris super Domino:
si guardáreis mis precep–
tos, continúa el Señor, hallaréis en mí vuestro gozo. Gran–
des del mundo, dichosos del siglo, almas hambrientas de
deleytes, desengañáos, en ninguna cosa hallaréis verdadero
gozo sino en el Señor : fuera de su servicio no ,
!)
sino
pesares, disgustos , amarguras , sinsabores :
l:,
· '
ollam
t e super altitudine terrte.
Sé enhorabuena ric , poderoso,
hombre de
e~píritu,
de mérito, de pensamier,, os grandes,
solo Dios puede hacer á un hombre dichoso, solo en s11·
servicio se puede hacer fortuna:
S ervire Deo regnare est.
Cibabo te htereditate Jacob patris tui:
Os
~aré
para vues–
tro sustento la herencia de vuestro padre
J~ob:
Como el
pueblo carnal
y
grosero, á quien
Dios
hablaba , solo sen-'
tia vivamente los .males temporales, no
le
promete Dios si–
no recompensas; pero
i
quien no ve que estas recompensas
temporales eran figuras de los bienes eternos , que nos es–
tán preparados en el cielo, así como los azotes con que
Dios castigaba á los judíos solo eran imágenes de las pe–
nas eternas que los pecadores padecerán en el infierno?
Para libertarse de esta infelicidad eterna, debe un cris-
R
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