Table of Contents Table of Contents
Previous Page  268 / 396 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 268 / 396 Next Page
Page Background

254

PRIMER SÁBADO

de sábado, que quiere decir,_dia de descanso del Señor:

Sabbatum Domini Dei ·tui est.

Y luego que prescribió las

leyes de su culto al pueblo que escogió para sí, quiso que

se llamase día santo:

Dies septimus vocabitur sanctus

(

Levit.

23.),

porque era el sábado del Señor. Prohibió á su

pueblo el que hiciera obra alguna en este día,

y

le man-

' dó que le santificara, porque le había consagrado para sí.

Este día tan santo del desea.aso del Criador era una figura

del verdadero dia del descanso del Redentor; es decir, del

dia glorioso de su triunfante Resurreccion; en el cual se

puede decir que descansó este divino Salvador despues

de haber acabado la grande obra de nllestra redencion,

infinitamente mas gloriosa para Dios que la creacion del

mundo. Acabada esta grande obra, ya no había trabajos,

cuidados, ni fatigas que pasar. El dia de

~·1

Resurreccion

fue propiamente

y

por excelencia el verdadero dia del sá–

bado:

Sabbatum Domini Dei est.

Del cual se puede de–

cir con mas razon que del primero:

Et requievit ab uni–

ver

.L

opere quod patrarat.

Esto es lo que movió al Señor

á

transferir el sábado

y

toda su solemnidad al domingo, pa·

ra honrar con esta traslacion la Resurreccion del Salva–

dor. Habiendo pasado el pueblo de Dios de la sinagoga

.á.

la Iglesia, trasladó á ésta la celebracion del sábado; es–

to

es, la santificacion del dia del Señor; esta traslacion

no impidió al principio el que no quedase siempre en el

espíritu

y

en el corazon de los judíos convertidos un fon–

do de

"~

1

'\. &ion

hácia el sábado, el que hasta entonces

se había m1 ..do por motivo de religion como el d!a de

fiesta por ex \encía. Esto es lo que hizo que la lgle ia

no interrumpiera la fiesta de este dia

á

los principios, cuan–

do solo se componía .de judíos convertidos, acostumbra–

dos

á

solemnizarle con celebridad, no haciendo obra al–

guna servil: de suerte, que en aquellos primeros tiempos

se celebraba el sábado casi con la misma solemnidad que

el domingo;

y

por una consecuen.cia de religion estaba

prohibido ayunar el sábado como el domingo, para que

nada ff::lltara á la alegría de la fiesta. La iglesia primitiva,

no estaúdo todavía establecida en el Oriente, toleró esta

eostumbre. Todavía parece que esta prohibicion de ayu–

nar fue mas expresa, que la de no hacer obras .serviles;

y

de aquí vino -el caprich0 de los

orientale~

de no que-