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.
PRIMER DOMINGO
minum consuetudinem
,
cibis quadragesimalibus
utantur.
En todos tiempos han estado tan persuadidos los fie–
les á que el Adviento era ,un tiempo de penitencia, de ora–
-e.ion
y
de retiro, que los obispos de Francia se tomaron
la libertad de representar al rey Cárlos el Calvo en el
año de 846, que no era decente
á
los obispos subsistir en
la córte en el santo tiempo de Adviento ni en ·cuaresma
con ningun pretexto;
y
que éllos suplicaban
á
su mages·
tad les permitiera
retirars~
á sus obispados para instruir
.á los pueblos,
y
disponerlos para las festividades de Pas–
cua
y
de Navidad.
Maxirne in sacratissimis t emporibus,
Quadragesimce scilicet, et Adventus.
Tal es la idea que ha
formado siempre la Iglesia del santo tiempo de Adviento,
al cual casi le ha igualado siempre con el santo tiempo
de Cuaresma. Y si todos los domingos del año
Se
deben
santificar , como se ha dicho, con tanta r eligion,
i
con
qué exercicios de devocion, con qué santidad se deberán
santificar los domingos de Adviento tan privilegiados so–
btea,todos los domingos del afio? El oficio empezaba en
lo antiguo por este invitatorio:
Ecce venit Rex
,
ocurra–
mus obvidm Salvatori nostro:
Hé
aquí que viene
nuestro
Rey, salgamos al encuentro á nuestro Salvador. En otras·
partes se decia como hoy se dice:
Regem 'venturum Domi–
num; venite, adoremus:
Venid, hermanos, adoremos á nues–
tro Señor, á nuestro soberano Rey, que ha .de venir den–
tro de pocos días. En algunas partes, como en Auxerre,
se
deci~) :
Ecce lux vera:
Hé aquí que viene la verdadera
luz, y mientras se entonaba salia <letras del altar un niño
con una hacha encendida,
y
la llevaba hasta la sillería de
- los cantores. En Marsella, ,mientras el Adviento,despues
de maytines y antes de empezar laudes, se interrumpia
por algun tiempo el oficio para suspirar por la venida del
Salvador y de la salud deseada por tantos años; todo el
coro se ponía de rodillas,
y
en esta p0stura se cantaba:
Emitte, Domine,
agmtm
dominatorem terree:
Enviad, Señor,
el divino Cordero, el dueño soberano de toda la tierra; lo
cual se continuaba hasta la vigilia .de Navidad. Al consi–
derar estas cosas , es preciso eonfesar que nuestra madre
la Iglesia nada ba omitido jamas de cuanto podía contri–
buir á resucitar y·excitar en ·el santo tiempo de Adviento
la religion y la
devoci.onde sus hijos.