Table of Contents Table of Contents
Previous Page  32 / 396 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 32 / 396 Next Page
Page Background

.,

PRIMER DOMINGO

nacimiento que no convide, no empeñe, no gane el cora–

zon, no

encante~

¡Qué mal hacen los que no procuran

disponerse para recibirle con ansia, con amor y con sen–

timiencos de confianza y de reconocimiento! ¡Cuán justo

será que la magestad de este Juez soberano oprima y pier–

da á todos aquellos á quienes la humildad y la pobreza

de su pesebre no habrán ganado

y

atraído

á

sí!

PUNTO SEGUNDO.

Considera como las disposiciones con que hemos de reci–

bir al Salvador reden nacido , se encuentran en las cir–

cunstancias de su nacimiento. La humildad no descendió

ja1.nas tanto :- la mortificacion no füe jamas tan excesiva:

la mansedumbre no fue jamas tan perfecta. Nace el Salva–

dor cuando todo el Universo está en paz, trace en el silen–

cio mas profundo de la noche.¡ qué recogimiento, qué es–

píritu de oracion; pero al mismo tiempo, qué amor, qué

te,

q!Jé devocion, qué ternura la

de la

santísima Vírgen y

la

d~

san José, que le recibieron y.le adoraron los prime–

ros en el momento de su nacimiento

!

j

qué ansias , qué

fe, qué devocion la de los pastores

!

Estas son las virtu–

des en que nos hemos de exercitar durante el santo tiempo

de Adviento si queremos hallarnos con las disposiciones

en que debemos estar para celebrar con utilidad el dia de

su nacimiento. Este es el motivo por qué la Iglesia nos di–

ce hoy <(On el Apóstol, que ya es tiempo que despertemos

y

salgamos de nuestro sopor, porque nuestra salvacion

está cerca: asímismo nos dice que el Adviento es un tiem–

po de retiro, de oracion, de penitencia , finalmente de

sar.tidad. Tambien nos pone á la vista el exemplo de los

primeros fieles, que pasaban todo este tiempo en la prác–

tica de ·las mas heróycas virtudes,

y

el de tantos santos

religiosos

y

otras personas devotas, que el dia de hoy san·

tilican estos dias con la oracion y la penitencia ,

y

consi–

.guen que les sea favorable su nacimiento por el buen em–

pleo que hacen de estos,santos días. Con el mismo fin nos

habla la Iglesia hoy del juicio final, y con las palabras de

Jesucristo nos hace una pintura tan terrible y tan espan–

tosa de él, para que si la mansedumbre del Salvador en

su .primera venida no nos mueve, nos espante

y

aterre el