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PRIMER DOMINGO
nacimiento que no convide, no empeñe, no gane el cora–
zon, no
encante~
¡Qué mal hacen los que no procuran
disponerse para recibirle con ansia, con amor y con sen–
timiencos de confianza y de reconocimiento! ¡Cuán justo
será que la magestad de este Juez soberano oprima y pier–
da á todos aquellos á quienes la humildad y la pobreza
de su pesebre no habrán ganado
y
atraído
á
sí!
PUNTO SEGUNDO.
Considera como las disposiciones con que hemos de reci–
bir al Salvador reden nacido , se encuentran en las cir–
cunstancias de su nacimiento. La humildad no descendió
ja1.nas tanto :- la mortificacion no füe jamas tan excesiva:
la mansedumbre no fue jamas tan perfecta. Nace el Salva–
dor cuando todo el Universo está en paz, trace en el silen–
cio mas profundo de la noche.¡ qué recogimiento, qué es–
píritu de oracion; pero al mismo tiempo, qué amor, qué
te,
q!Jé devocion, qué ternura la
de lasantísima Vírgen y
la
d~
san José, que le recibieron y.le adoraron los prime–
ros en el momento de su nacimiento
!
j
qué ansias , qué
fe, qué devocion la de los pastores
!
Estas son las virtu–
des en que nos hemos de exercitar durante el santo tiempo
de Adviento si queremos hallarnos con las disposiciones
en que debemos estar para celebrar con utilidad el dia de
su nacimiento. Este es el motivo por qué la Iglesia nos di–
ce hoy <(On el Apóstol, que ya es tiempo que despertemos
y
salgamos de nuestro sopor, porque nuestra salvacion
está cerca: asímismo nos dice que el Adviento es un tiem–
po de retiro, de oracion, de penitencia , finalmente de
sar.tidad. Tambien nos pone á la vista el exemplo de los
primeros fieles, que pasaban todo este tiempo en la prác–
tica de ·las mas heróycas virtudes,
y
el de tantos santos
religiosos
y
otras personas devotas, que el dia de hoy san·
tilican estos dias con la oracion y la penitencia ,
y
consi–
.guen que les sea favorable su nacimiento por el buen em–
pleo que hacen de estos,santos días. Con el mismo fin nos
habla la Iglesia hoy del juicio final, y con las palabras de
Jesucristo nos hace una pintura tan terrible y tan espan–
tosa de él, para que si la mansedumbre del Salvador en
su .primera venida no nos mueve, nos espante
y
aterre el