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PRIMER DOMINGO
viento
á
cuatro semanas , la abstinencia
y
el ayuno
son de regla indispensable en muchos órdenes religiosos.
Las capitulares de Carlo Magno hacen el Adviento
de cuarenta dias,
y
así le dan el nombre de Cuaresma:
Legitima jejunia, quadraginta dies ante Nativitatem Do-.
mini.
Este pasage de las Capitulares atribuye á la cos–
tumbre estos piadosos exercícios del Adviento; pero no
dexa. de declarar que éste es un tiempo de oracion, de
ayuno y de penitencia :
Q,uamquam enim nonnulla ex his
jejttniis canonica probentur auctoritate
:
nobis tamen om–
nibus simul propter consuetudinem plebis
,
et parentum
nostrorum morem hcec observare convenit.
Y aunque to–
dos los dias del año (prosiguen) deben ser dias de ora–
don y de penÍtencia, los días de Adviento se d\.:'. ben con–
sagrar particularmente
á
estos santos
exer~icios
de reli:–
gion :
Et licet ornnibus diebus orare et abstinere conve-
,
niat: his tarnen diebus amplius jejuniis, et pamitentice ser–
vire oportet.
El beato Pedro Damiano todavía da al Ad–
vieu:to el nombre de Cuaresma:
lnitio illius Quadragesi–
mce, quce N ativit 4tem Domir¡,i ex inst:itutiane ecclesiastica
prcecedit.
El papa Nicolao
J.
éxponiendo
á
los búlgaros
recien convertidos los u
os
de la Iglesia católica , hace
mencion de la cuaresma de Adviento, como de un uso
!nuy
antiguo en la lglesia romana:
N ecnon jejunia sancta
romana Ecclesia suscepit antiquitus.
Rodulfo , <lean d·e
Tongres, dice que el Adviento era de seis semanas en
Milan yi en Roma, y que en Roma se ayunaba todo en–
tero en su tiempo:
Apud romanos etiam in adventu Do–
mini jejuniurn agitur.
El papa Bonifacio Vlll. en la bula
de canonizacion de san Luis, dice que este gran Rey pa–
saba en oraciones
y
ayunos los cuarenta días antes de la
fiesta de Navidad:
Q,uadraginta dies festum Nativi.tatis
Domini pra:ceqentes, in orationibus et jeju11iis exigebat.
San Cárlos n·o hacia otra cosa que renovar los antiguos
cánones de la Iglesia cuando quería que se exhortara vi–
vamente á todos los fieles
á
comulgar
á
lo menos todos
los domingos de Adviento, ordenando
á
los curas que
encargasen
á
sus parroquianos la observancia del anti–
guo escatuto del papa Silverio, que dice que los que no
comulgan frecuentemente, á lo menos comulguen todos
los domingos de Adviento y de
Cu~resma.
Son dignas