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DE

CENIZA.

Ubi est Deut eorum? Zelatus

est Dominus terram suam, et

pepercit populo suo. Et respon–

ilit

Dominus, et áixit populo

suo

:

Ecce ego mittam vobis

frumentum, et vinum et oleum,

et replebimini eis

;

et non dabo

vos ultra opprobrium in genti–

bus. Dicit Dominu1 omnipotens.

dónde está su Dios

?

El Señor ama

su

tierra,

y

ha perdonado

á

su pue

4

blo.

Y

respondió el Señor,

y

dixo

á

su pueblo:

aquí

que y,o

os en-

..

JI

v1are trigo, y vino y aceyte, y ten

4

dreis grande abundancia de éllo;

y

no os entregaré mas para que seais

el oprobrio de las gentes. Esto

dice

el Señor omni

0

potente.

NOTA.

"Joel, hijo de Fatuel, era de la tribu de Ruben: es el

'~segundo

en el número de los doce profetas menores. Pro–

" felizó cerca del año de 789 antes de Jesucristo. Su pro

"fecía contiene tres capítulos: habla deirlos azotes con

"que Dios cast aba

á

su pueblo,

y

de la penitencia qué el

,, pueblo debía hacer para aplacar la indignacion de Dios.

,,

Anuncia la venida del Espíritu santo, el juicio final

y

el

"rigor con que Dios castigará

á

todos los hombres:;

1,

.,,

REFLEXIONES.

j

e

~nvertíos

á

mi de todo vuestro corazon.

El

mismo Dios

es quien nos convida, quien nos insta, quien nos manda

que nos convirtamos á é.l de todo, nuestro corazon. A vis–

d.

de esta bondad de D10s,

i

que pecador puede

t

escon..:

fi a r~

Pero al mismo tiempo,

i

qué pecador pued ' iferir

el

convertirse~

Si un príncipe ofreciera

d~.balde

per–

don á un reo; si él mismo convidara

á

un cortesano caido

de su gracia á volver

á

la córte, ofreciéndole su amistad

y

sus libera1idades;

i

se encontrarían muchos que dilata–

ran su partida, que difiriesen su vuelta?

i

á.

quién parece–

ría que el favor del príncipe era muy costoso,

y

que las

condiciones con que se ofrecía eran demasiado

pesadas~

¡Ay!

iY

qué es el favor de un príncipe de la tierra res–

pecto de la amistad del soberano Señor del universo, del

Dios omnipotente, orígen de todo bíen

y

t'rnico árbitro de

nuestro eterno

destino~

Y no obstante esto,

i

quién se

rinde á su

voz~

i

quién re·sponde con prontitud

á

sus con–

vites~

i

quién se apresura por volver

á

su amistad, aun–

que nos la ofrezca tan

de veras,

y

con tantas

instancias~

Tom. l.

O 3