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1218

MIÉRCOLES

la suya; un dia se dirá de ti lo que se dice hoy de esas

víctimas de la ambicion humana. Cada uno por su turno

· es una prueba sensible de esta verdad. La estimacion ,

y

aun el amor de la virtud es el segundo efecto de la cere–

monia de las cenizas.

¡

Buen Dios, que propia es esta ce–

remonia para desengañarnos,

y

despegar nuestro cora–

zon de tantos falsos resplandores, de todas esas ot-1iniones

populares, de todos esos placeres que encantan

y

deslum–

bran! ¡Pero qué eficaz es para descubrirnos el mérito só–

lido

y

el preci°'inestimable de la verdadera virtud ! Los

santos, se dice en otra parte, mueren igualmente que los

pecadores;

i

pero qué diferencia de cenizas á

cenizas~

Las únas son objeto

de

horror, las ótras o

bjeto de v

enera–

cion; tanto poder, tanto atractivo tiene la

santid.id

. Aqué–

llas se pisan ; delante de éstas se postran ..

. 12.or respe

to has–

ta los mas poderosos monarcas: hasta la

Tier

ra que ha cu–

bierto el cuerpo de los santos tiene virtud de hacer mila–

gros. ¡Qué se debe concluir, pues, de todo esto, sino que

es :\.lna insigne necedad poner su felicidad en las honras,

en los placeres

y

en las riquezas de esta vida ;

y

que es

m

·~ster

haber perdido el seso para estudiar en otra cosa

que n hacernos santos! Así es, Señor,

y

este es el fruto

que espero yo sacar de esta meditacion con la ayuda de

vuestra gracia.

r.

J

ACU

LATO

RIA S.

J7anit

.·¡:,~

vanitatum, et omnia vanitas. Quid habet amplius

holló de uni,perso labore suo

~

Eccl. c. r. v.

2.

V

anidad de vanidades ,

y

todo es vanidad.

i

Qué saca el

hombre mundano de todo su trabajo,

y

á que viene

á

ser reducido por fin sino á un puñado de

ceniza~

lpse

me

reprehendo

,

et

ago

pamitentiam

in

f

avilla et

cine–

re.

Job. 42.

Señor , yo detesto mi vida pasada de todo mi corazon,

y

hago penitencia en el polvo

y

en la ceniza.

PRO POS ITOS.

t

Como la ceremonia de la ceniza es una prictica

de religion, obsérvala,

y

hazla con todas las disposiciones

y

con todo el espíritu que pide una tan santa ceremonia.