![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0236.jpg)
'2 22
JUEVES
orar con mas recogimiento y respeto , y para derramar
con mas libertad lágrimas en la amargura de su corazon.
San Ger6nitno es de dictámen que se volvió al lado del
templo. Allí, derra,mando su corazon delante de Dios,
exclamó: Señor, tened compasion de vuestro siervo, y de–
xáos mover de mis lágrimas. Acordáos que he caminado
delante de vos con un corazon recto ,y puro, eón una
fi–
delidad constante y contínua:
Obsecro, Domine, memento
qut1Jso, quomodo ambulaverim coram te in veritate, et in
corde perfecto.
Acordáos que aunque soy pecador,
jama~
he querido desagradaros deliberadamente ; ántes bien
siempre he querido hacer lo que era bueno y agradable
á
vuestros ojos :
Et quod bonum est in oculis tuis fecerim.
Abándonándose despues de esta plegaria al dolor, vertió
lágrimas en grande abundancia :
Et flevi-.,.Ezechias fletu
-
magno.
Los
justos del antiguo Testamento
haci~n
frecuente–
mente á Dios semejantes oraciones, en las que suplicaban
qu~~e
acordara de sus buenas obras. David en los salmos
le r cuerda mas de una vez su inocencia , su mansedum–
bre
su justicia; y Nehemías pide á Dios que no se olvide
de las obras de piedad que ha hecho para el restablecimien–
to del templo
y
de las ceremonias de la ley. Este modo de
orar podia tener un buen sentido, sobre todo en un pueblo
grosero y material, hasta en las cosas mas espirituales. Je–
sucristo
a;10S
enseñó un modo de orar mas racional, mas
espirit :. )y mas santo. Nos enseñó de un modo mas dis–
tinto
la
necesi~ad
contínua que tenemos de que la gracia
del Salvador nos prevenga, nos sostenga, y nos dé la per·
severancia. Nosotros reconocerémos eonjusticia, que cuan·
do Dios corona y recompensa nuestros méritos, no recom–
pensa ni corona sino sus propios dones y sus beneficios.
Podría causarnos admiracion el ver que uno de los
mas santos reyes , tan celoso en hacer florecer la religion
en todos sus estados, y que tuvo una vida tan inocente y
tan llena de buenas obras, se amilana, y se abandona al
dolor al acercarse la muerte, al paso que vemos que tan–
tos santos en la nueva ley miran á la muerte con gozo,
saltan de alegría al verse sobre el punto de ver acabado
su
~estierro,
y nada temen tanto al acercarse la muerte
como el vivir. Esta diferencia de lqs santos del uno
y
del