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.JUEVES

trema satisfaccion que tuvo de la fe de este ófiCial roma–

no, la cque le hizo decir

á

todn el pueblo que le seguía:

En verdad que no he hallad·o tanta fe en todo Israel en

ninguno de aquellos á quienes he hecho mas bien, y que

están mas obligados

á

creer

y

esperar en mí. Es menes–

te1..: que vuestra fe sea tan pura , tan firme, tan perfecta,

como la de este oficial romano, si me quereis agradar, y

ser capaces de recibir mis favores. Tened por cierto, y

desde ahora os lo anuncio, que muchas gentes vendrán de

las extremidades del Oriente y del Occidente, y tendrán

lugar con Abraham, lsac y

J

acob en el reyno de los cie–

los;

y

los hijos de la casa que podian pretender ser los

primeros en este reyno,''como en herencia que se les ba–

bia destinado con preferencia

á

los ótros, serán arroja–

dos at abismo' donde jamas verán la luz. aonde no habrá

para éllos sino desesperacion , rechinar de dientes,

y

lá–

gPiinas

•amarg~s:

profecía que se verifica aun hoy en los

infieles que reciben la luz del evangelio, y resucitan en

etJ.Oriente

y

Oecidente el ·fervor de los primeros cdstia–

n~,

mientras que nosotros vemos debilitarse la fe,

y

apa–

garse de todo punto entre nosotros.

i

Qué nos sirve haber

nacido hijos . del rey, si por nuestras infidelidades dexa–

mos pasar

~ · otras.

manos la herencia de los

hijos~

La fe

se apaga desae que las cdstumbres se corrompen. Se em–

pieza ordinariamente por la c:orrupcion del corazon an–

tes

d~~~.

ver nacer los errores del espíritu; estos nacen to–

dos _·_

'~ª

corrupcion de las costumbres. Pocos hereges hay,

pocos

cism~ticos,

pocos sectal'ios que no tengan las cos–

tumbres •C:leptavada-s. Disfrácese cuanto se quiera el desór–

def\ y la pasion; las mas vergonzosas pasiones son siem–

pre., ·ó el orígen , ó á lo menos el efecto de la heregía

y

del error. Las cabezas de partido, los heresiarcas se han

puesto la mascarilla de la piedad, han afectado motivos

especiosos

y

engañosos de su rebelion contra la Iglesia pa–

r a aumentar su partido,

y

deslumbrar á los simples; pero

no hay secta que no produzca, ·que no inspire la relaxa–

cion,

y

tarde

·ó

temprano la disolucion. Es un manantial

eterno de lloros

y

de rabias en el infierno para esos hi- .

j os desheredados el haber estado tan cerca del reyno de .

los cielos,

y

verse privados de él por su culpa. No querien–

do el Salvador dexar sin recompensa

fa fe

viva del

Cen-