1000000990

234 / 396

220 JUEVES
pone en este dia la fiistoria de dos curaciones corporale9,
obradas milagrosamente en dos personas : la úna, de la
primera y mas noble calidad entre los hombres; y la ótra,
de la última y mas vil condicion, para hacernos ver que
no ha y estado alguno en ,el mundo que esté excluido del
beneficio de la redención y de la salvacion: Omnes homi–
nes vult salvos fieri {Timoth. I.): Dios quiere que los
hombres se sal ven y lleguen: al conocimiento de la ver–
dad. El primer exemplo de estas curaciones milagrooas es
del rey Ezequías, cu ya historia se lee en la epístola de la
misa: el ótro es del cri::ido de un Centurion , capitan de
una compañía de cien hombres· y este milagro es el asun–
to del evangelio del dia.
as, rey de J udá, era hijo de Achaz y de Abías,
y Joatán; era un príncipe muy religioso; resta–
bl ramente el culto del verdader~Oios en el rey–
no de Judá, cuyo gobierno tomó ácia el año 727 antes de
Jesucristo. Los judíos habian caído en la mayor parte de
la~upersticiones paganas por el descuido, y tal vez por
la j¡religion de los que los gobernaban, y por el comer–
ci que habían tenido con los paganos. El piadoso Prín–
cipe ~1izo echar á tierra todos los altares que se habían fa–
bricado en honor de los falsos dioses en las alturas de los
montes, y quemó los bosques consagrados á estas falsas
divinidatles, y demolió la serpiente de metal que los ju–
díos co~servaban: hizo esto á fin de quitarles toda ocasion
de id?J;¡ .~Tía. Eusebio dice que suprimió muchos libros de
Salorrrtfn, qu~.trataban de cosas naturales, por el abuso
que los simples hacían de éllos. Despues de haber resta–
blecido la religion y el buen órden en el reyno, hizo la
guerra á los enemigos del estado. Tan valiente como reli–
gioso, venció y sujetó á los filisteos, que se habían rebe–
lado contra su padre.
En el cuarto y sexto año de su reynado , Salmar.asar
tomó á Samária, y dió fin al reyno de Israel, habiendo
cogido prisionero al rey Oseas, que murió en la prision.
Por el mismo tiempo Senaquerib, rey de los asirios, hizo
grandes conquistas en la Palestina y las provincias veci–
nas: entró en Egipto, y le conquistó. Irritado contra Eze–
quías por haber rehusado pagarle el tributo que le pedía,
envió á Rabsáces, uno de sus oficiales, para que le ame-