DESPUES
DE
PENTECOSTES.
237
El evangelio et del cap.
7
de San Lúcat.
In
illo témpore
:
lbat
JcruJ
in
civitatem
'
quce
vocatur
N ai'm
:
8
ibant
cum
eo
disci–
puli
ejut
,
8
turba
copiosa.
Cum
autemappropinquaret
por–
tie
civitátis, ecce d
f únélus
ef–
ferebatur
filiut
únicus matris
sua?:
8
hcec vídua
·erat
:
8
tur–
ba civit
ati.t
multa cum illa.
Quam
citm
vid fsset
Dóminur,
misericórdia motus
super
eam,
Jixit ,·
li:
noli
ere. Et
accé–
sit,
S
t étigit lóculmn. (Hi au–
tem,
qui portábant,
ste1irunt.)
Et ait
:
adoléscens
,
tibi dico,
surge.
Et
r esédit qui erat
mór–
tuut
,
é.B
caJpit loqui.
Et dedit
illum matri suee. A ccépit
autem
omnes timor
:
8
m11gn
ficábant
Deum, die 'nteJ: quia prophé–
ta
magmtt
rnrréxit in nobis:
&
quia
Deus
visitavit
piebem
suam.
En aquel tiempo : Iba Jesus
a
una ciudad , por nombre Naín:
e
iban con él sus discípulos '
y
una numerosa turba de gente.
y
al tiempo de acercarse
a
la
puerta de la ciudad, he
aquí
9ue
sacaban fuera un difunto, hijo uni–
co de su madre:
y
ésta era viuda:
y
la acompañaban gran número
de personas
de ~ la
ciudad. A la
qual, habiéndola visto el Señor,
movido
a
compasion de ella' la
dixo : no llores. Y se acercó al fé–
retro,
y
le tocó (Y los que le lle–
vaban se paráron. ). Y dixo :
jó–
ven, contigo hablo, levántate. Y
el muerto se sentó ,
y
comenzó
a
habla r.
y
le entregó
a
su madre.
A todos, pues , les poseyó
el
te...
mor ,
y
glorificaban
a
Dios, di–
ciendo: un profeta grande ha apa·
rt!cido entre nosotros ,
y
Di9s ha
visitado
a
su plebe.
M J!DIT ACION.
La tnuerte es dulce
para
los buenos
,
y
terrible
para
los
pecadores~
PU N T O PRIMER O.
Con
idera que
es
tan natural que
ª
una buena vida
se
1ª
siga una bue la m
ierte'
y
que
a
una vida desarreglada
se
la
iga una
muerte
funesta; como e
natural
que un ár–
bol bueno produzca buenos frutos,
y
que un árbo l malo
lo produzca malo . La muerte es
el
eco de la vida; es to
e , la
muerte
repite
fielmente toda la vida;
ó
por mejor
de ir, lo
que
es uno durante la vida, eso se encuentra ser
a
la hor
de
la muerte.
¡Que