DESPUES DE PENTECOSTES.
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le hace en
una
oracion perseverante ;
y
esto es lo que
hare
David implorando todo el dia la misericordia
y
la ayuda
del Señor:
Quóniam ad te clamávi tota die.
El
pensamien–
to
~e
la bondad
y
de la -infinita misericordia de Dios le·
sirve tambien de nuevo motivo para aumentar
y
avivar
su
confianza :
Quia tu, D.ómine, suávis
&,
mitis es,
&
copio..
sus
.in
misericórdia ómnibus invocántibus
te
:
Lo
que me
obliga , Señor,
a
pediros con perseverancia,
ya
creer que
me
habeis de oir , es
el
saber que sois un Dio:; lleno
de
bonda<;l, de suavidad, de mansedumbre
y
de misericordia
con todos los que
te
invocan. Porque,
i
quien
hay
que ha–
biendo puesto en vos toda su esperanza, no haya sido
oido~
Yo, Señor, espero que seré de este número; no, no
ha–
reis
r mí
lo un nuevo sistema : vos sois incapaz de
mudaros ;
y
por consiguiente vuestra misericordia ser'
siempre vuestro cordial atributo, y la que brillará · siem ...
pre mas
a
nuestros ojos que todas vuestras otras maravillas,
y
yo mismo seré
a
toda la tierra una
nueva prueba del
exceso de vuestra bondad para con los
pecador.es.
Esto
lo repite muchas veces el santo profeta
en todos los sal–
mos,
y
sobr~
todo e
n el 144,quando dice:
Miserátor,
&
miséri~ors
Dóminus:
pátier.zs,
&
multum miséricors.
El
Señor es bueno, tier
no, compasivo : es paciente
y
muy
misericordioso: es bueno para todas sus criaturas ;
y
su
misericordia se extiende sobre todas sus obras ; de las
quales no hay una que
él
su modo no publique lo bueno
que es Dios. El Señor está siempre cerca de los que le
invocan ,
el fin
de consolarlos; pero de los que le invocan
con
una
verdadera confianza en su bondad :
Prope est
Dó–
minus ómnibus invocántibus eum in veritáte.
Y
si
no conce–
de al
instante lo que se le pide, es porque
~usta
que se
le
pida con importunidad. No hay cosa en que David sea mas
eloqüente, que en publicar la bondad
y
mansedumbre de
nuestro D ios,
y
en alzar su misericordia sin límites.
El
intróito de la misa de este día dice todo e to en las pocas
palabras que pusimos arriba:
M iserere mihi D ómine,
&c.
Este íntróito acaba por donde empieza el salmo
85.
In–
clina , D ómine, aurem
tuam,
&
exáudi
me :
quónidni inops
&
páuper
sum
ego :
Señor, atended
a
mi
o r~cion,
y
oid–
me, porque
soy
un pobre muy necesitado. Para ser eficaz
la oracion, debe ser
humilde
y
perseverante,
y
debe
estár
Q
2
lle-