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EL CANTICO DE LOS CANTICOS.

12

Revertere , revertere Su–

larnitis : revertere , revertere ,

ut

intueamur te.

abrazara la

fe

de J eso Christo , confiesa

aqt.tl

so miserable y fonesto estado d e ig–

no rancia ,

y

de volunt aria ccguedad ;

y

compungid jjde esto d ira de es ta mane–

r a : El Es poso d escendi6 al huerto de los

Hoga les, visir6 so viii.a , y vi no a ve r si

h abia florecido ; mas yo estu ve en igno–

r ancia , no conod al Esposo , no conod

al Messfas , no conod el t iempo de su

visita. Se junta a esto , que vieodo con–

currir de trope! , y con la mayo r ansia y

muestras de sumision , para reconocer al

E sposo , e incorporarse coo la oueva I–

glesia al Pueblo de los Genti les , Pueblo

que yo t enia por maldito de Dios, e in–

c apaz de 11igar a reci bir la salud; me tur–

be

t oda , y esto mismo contribuy6 a que

yo mas

y

mas me obstinase ,

y

permane–

ciese en mi in credu lidad y ceguedad. Y

esto parece que es lo que gime

y

llora la

Syn agoga , qu ndo arrepentid a di ce :

Tur–

b6me mi anima por los Car ros de Ami–

nadab .

Vease

R oman. x.

28 .

K_

La E sposa de Christo es pera con

ansia esta conversion de I srae l, y desean–

do vivamente vcr esta reunion , la llama,

· 1a exhorta

y

convida ll ena del mayor a-

i2

V uelvete, vuelvete Sula–

mitide : vuelvete' vuelvete,

pa–

ra que te vearnos

1

fefro, a que vuelva

y

se convier ta. Es–

t as ai1sias y deseos se mues tran en la pa–

labra

vuelvete ,

quarro veces repe t ida.

Su–

ln.mitis,

y

no Sunamiris , como e lee en

los

L !{.X .

es erivada de

Schelemolz ,

Sal o –

mon , P adfico, F liz , Augusto :

y

as.l

Sclmlamit

,

quiere d ec ir q ue pert nece

a Salomon o al paclfico, es to es , Espo–

sa de Salomon , o

pacific~ ,

feliz, augusta.

Otros la derivan

de~?.~

Selia/em ,

nom–

bre que se di6 tambien a J erusalem,

P

sa l.

LXXV .

3 .

como si di xeramos:

H abitado–

r a de J erusalem,

o

J erosolymitana

:

y

el sentido v iene a ser el mismo. L as al–

rn as fieles, representadas en e l

cdro

d e a–

que ll as mugeres , y que componen el

c uerpo mystico de la E posa de J esu

Christo , exhortan a la Sy 1iaf_?oga a que

vueJva quanto a ntes , y rcconozca a

SU

verdadero lvlessfas , co1 1 el fin de ver y

gozar

SU

hermosura , que Sera in expfica–

bJe , quando te nga la di cha de incorpo–

rars e con ell as y con la Esposa , para no

reconocer ni adora r otro "Esposo que a

J es u Christo , aquel mismo a gui en puso

en un a Cruz en otro t iempo .

H ast a tanto

quest

s~zlve

todo Israel. R om. x .

1 .r.

23.

CAPITULO

VI

I.

Es alabada la Esposa por las viflorias que ha de conseguir de su.r

enemigos

,

por su fecundidad

,

JI

por la educacion ue dara a su

prole.

~

I

i

Quid videbis

in Su–

lamitil.'

nisi choros castrorum?

:a:

En el Hebreo y en los

Lxx .

(Que

ve1·eis?

y en el primero se lee esto uni–

do con e l ye rskulo (1 ltimo d el C apitulo

precedente. Son palabras de la Erposa ,

que viendose alabar por aquel coro de

doncellas , les responde , con firmando lo

I

i

Que Veras en la Sula–

m.ltide

1

,

s1no

com

pa.fl.fas

de

mismo que decian.

~Que

vereis , Jes dice,

e n la convertida Syoagoga , sino coros y

esquadron es de ge nte armada , que can–

t ara alabanz as a su D ivino R edentor ,

y

estara pronta para combatir

y

d ar su san–

gre

y

la vida por el

y

por la

fe

?

La con-