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CAP"ITULO

VI I.

55

porta

:filiae multitudinis.

N

astls

tuus

sicut

turris L ibani

quae

respicit contra Damascum.

5

Caput

tuum

ut Carme–

lus:

et comae capitis tui sicut

de Ruben , que en otro tiempo habi a si–

do de

lo~

Moabitas , y distab no pocas

mill as del Jord an.

L a hiJ.z de la muche–

tlumbre

es un Hebraismo , po.r el que se

significa la muchedumbre o concurso nu–

meroso. Los Hebreos us an decir

hij·o de

sabidurfci,

por

nzuy sabio ;

e

hij·o de mal–

dad,

por

11111)'

mafo

o iniquo. E n todo lo

qual e siguifica Ja perspicacia

y

agudeza

grande de

la

I g lesia , p ara penetrar en

el

conocimiento de

los

divinos mysterios,

y

de

la

Celestial dochin a de que es ti lle–

n a : Ia clara

y

d istin ta inteligcnci.:1 de

to–

do aquello que no es verd adero , santo

y

util para la salud : lo que ia Ince Se–

gura de todo error en sus juicios

y

difi.–

niciones acerca de los princi pios de la

fe

y

de las reg las de las costumbres. Estas

crysralinas pesqueras estfo junto a

la

puer–

t a , que es Christo, el qual dice de si mis–

mo, que es puerta de las ov ejas , IoANN.

x.

7.

y

de la muchedumbre o numeroso

Pueblo ; por la qu a! han de en trar todos

los que han de ser moradores de! Reyno

de los Cielos. Los P as to res

y

Prelados son

t ambien como los ojos de la E sposa , los

qu aJes a semejanza de las pesqueras de

Hesebon deben estar llenos de aguas pu–

r as

y

limpias de verdadera sabidurfa , de

aquella que viene de Dios;

y

de una aien–

ci&

especu] ativa

y

raCl:ica de la salud,

p ara poder servir de guia

y

de luz a sus

o vejas ,

y

darles a beber de las mismas

~guas

p uras

y

crys tali nas.

~

.Se levanta foera de

tu

graciosfsimo

rostro , como aquella hermos a y celebra–

d a torre que se levanta· sobre el monte

L fbano , y que sirve coma de atalaya en

l as fro teras d e D amasco , para descubrir

d esde alli todos

lo s

movimie ntos de Jos

Sorianos, enemigos declarados de

los

Ju–

d fos , q ue solian entrar en Ja J odea para

hacer alll sus correrfas

y

presas. La

na–

riz

en el lenguage ordinario de aquellos

Pueblos se toma por

la

honra , glo ria,

grandeza

y

elevacion de corazon ,

y

a-

puerta de

la

hija de

la

muchedum–

bre.

Tu nari z como l a torre del

Libano que rnira hacia Damasco

r.

5 Tu cabeza como el Carme–

lo

z

:

y

los cabellos de tu cabeza

3

quella santa fiereza que hac

a la E spo–

sa inaccesible a todo otro que a so

E~po­

so. Significa tambien la prudencia

y

dis–

cernimien to , para conoce r

y

distinguir

las

verd aderas vinudes de las falsas , la

verdad de! er ror; y para prtveer

muy

de antemano

los

males y pcligros, y pre–

caverlos con oportunos remcdios . Todo

lo

qua! conviene perfeetamen te a la I gle–

sia y a los que en el la estfo puestos co–

mo a talay as para velar y guardar la ca–

sa de Dios. Todas estas comparaciones

muy comunes

y

del uso de los Orienta–

Jes nos parecerin meuos imp ropias ' si

se ti ene presenre lo que ya advertimos

.en el Prologo a este Lib ra .

a

El Carmelo es un monte de la Pa-

1estina en

la

Tribu de Issacir, muy ele–

vado , ameno

y

de gran nombrc por su

fecundidad ,

y

por lo que abunda en vi–

iias y en todo genero de frutos. A este

monte dice , que es semej ante la cabcza

de Ia Esposa , esto es , mas alta , mas

h ermosa , y con may ores adornos que las •

de tod as las otras mugeres. J esu Chris to

es la C abeza de Ja Iglesia:

Ephes .

v.

23.

que foe eJevad0 a Ia gloria de su Padre

pbr el merito de

SU

P asion y por la ig–

nominia de su Muerre , encerrando en s1

el colmo de todos

los

bienes , para hacer

participanres de ellos , y comunicarlos

a sus miembros.

R oman.

v 111.

3

2 .

a D e los cabellos se. ha habl ado ya

en el Cap.

xv.

I.

Aqu1 se dice, que son

como purpura de

R ey

,

atada en cana–

les.

l a purpura era color propio de Jas

vestiduras, de Jos Rey es ; y se Ju e aqui

comparacion de los

cabellos

de I Esposa

con las madexas de seda o de Jana que se

d es tinan para texer

lo s

mantas y

p~rpu­

ras Reales, que son purpura recien

te , y

estin bien atadas en las caoa les o tin.is

de los tintoreros ,

pa r~

que no se caiga n,

y

para ser t<.:iiidas segm)da vez ,

y

que

queden de un color mas vivo , mas lu–

cido

y

de mas lume. Jesu Christo te-