CAPITULO
VII.
57
palmae , et ubera tua
botris.
8. Dixi :
A scendam
in pal–
mam , et
apprehendam
fructus
pre hombres muy sefialados por
su
vir–
tud , que icnitaron a los
Apo~ro les.
1
Algunos por estos racimos han en–
tendido aquellos grumos o sacos en gue
se encierrao los,
d ~uil es
; pero \1 cocnun
de los ExpDsitores entiendc los raci mos
de la vid, como parece indub itable por
el verskulo siguienre. En la Palesrina a–
costumbraban enredar las vides con las
p almas , como en otras partes snelen ha–
cerlo con
los
olmos , para que creciendo–
se foesen asiendo a ellas ,
y
estuviesen
mas expuestas al Sol , y con su calor se
sazonasen mejer sus frutos. A los racimos
de una vid asida a una palma , cqn qu ie n
acaba de comparar a la Esposa , asemeja
eihora sus dos pechos.
En
esros se repre–
sentan los dos Testamentos, y
tambien,
como dexamos dicho ea el.Cap.
rv.
5. los
dos preceptos de la caridad de D ios y del
proximo ; porque la palabra de Dios en–
cerrada en esros dos divioos T estamen–
tos , y los dos amores que mirao a Dios
y
al proximo , ticnen la foerza de em–
briagar
y
de enagenar a las almas que es–
t an ll enas de ellos. Mas as! como es ne–
cesario estruxar y apretar
los
racimos pa–
ra sacar el vino ; del mismo modo hemos
de emender , que la verdad que se con–
tiene en las Escrituras no se adquiere si–
no con trabajo: ni los dos amores se cum–
p len tampoco sino coo las obras.
:a
Algunos ponen estas pal·abras en
bo~
ca de una de las don
llas, o en la de to–
d as, pero de manera que cada una las di–
ga por sf , mostraudo el grande deseo
y
codicia que ponia la Esposa con su her–
mosura en ell as , yen cod as las que la mi–
raban. Otros quieren que es el Esposo
el
<]Ue aqul habl a. En la primera exposicion,
el sentido literal es este:
j
Ay, linda eres
como una palma
!
yo quiero llegarme
:?
ella
;
asireme de tas racimos altos , y su–
bireme basta la cumbre '
y
seranme tus
pechos como racimos de vid : alegrirme–
he y <leleycarmehe con ellos, trarando–
los coma unos frescos
y
apifi ad os raci –
~os
de u-vas : cogere. el alien,to de tu bo-
Tom. Vli
palma,y
tus pechos a los racimos
1 •
8 Dixe :
Subi1
e
a la
palma,
y
tomare los frutos
de
ella
z
:
y
ca , mas olorosa que manzan.as :
gusta r~
d el gusto de cu lengua
y palad ar , que en
el agr.adar, al grar , embri agar')con dul–
zura y aficio n , ti ene mas
fu.e~a
que
el
vino mejo r : y mas gus to da mi amado
quando mas sabor halJ a en el ,
y
mas co n
el se paladea y mas duke lo siente; que
bebe canto de el' que des pues habla tem–
blando Jos Jabios y de sconcertadamen te,
coma si esruviese durmiendo. Asi e l M.
LEON
siguiendo el Hebreo. Los Pue–
blos representados por la que aqu1 .babla,
viendo la elevacion , Ja fec undidad
y
la
exrraord_inaria belleza de la Esposa, mo–
v idos de un ardiente deseo de partici–
p ar de su's Celestiales frutos , ,aornan la ·
resoJucion de hacer todos sus esfuerzos
para ll egar a es to.
Subire ,
dicen ; esto es,
no .perdonare a fatiga ni a trabajo para
gozar de un bien tan grande. E sta es em–
presa que excede todas mis jicrzas ; pe–
ro no obstante
subire
y
llegan~
, no par
mis debiles fuerzas , sino con la asisten–
cia de aquel que siendo C abeza de la
I–
glesia' me convida a que vaya a el'
y
me
exhorta a tomar sabre mi su yugo, si quie–
ro hallar reposo para mi alma. Los que
quieren qae es el Esposo el que aqui h a.:..
bJ a , lo explican de otra manera , y entre
todos con particular uncion S. GREGORIO
par las
~iguientes
palabras :
El
Esposo
di–
xo
verdade.ramente que
subiria ;
y
su–
bio en verd ad coma Jo dixo : porque ha–
biendo resuelto antes de los sigl_os el morir
p ara librarn os de la muerte ,
y
habi endo–
lo tambi en declarado par las Pro·pheras,
lo c mplio a
la
fin de lo.s tiempos par un
efetl:o de su miserico rdia.
Subi6
pues
sa–
bre
fa pq/ma
,
y
cogi6 sus fru tos;
por–
que habiendo sido clavado
y
pu t; to en
la
Cruz , qu e era el a rbol
y
el instrumen–
to d e su triumpho , coma la palma es se–
fial de la vitl:oria , hallo efetl:ivamente alli
el froto de la vida
1
y lo cogio para da.r-–
noslo . As! se vi o
~umplir
eq tonces lo que
se sigue :
y
tus p echos seran conzo
raci–
mos;
porque por la Cruz
y
por la Muer–
te de
J
esu Christo , los pechos de la Es-
H
j