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EL CANTICO DE LOS CANTICOS.

2

..t}p prehendam te , et du–

cam in domum matris meae : ibi

me docebis , et dabo tibi pocu–

lum ex vino condito , et mustum

Esposa para gozarle as( par s(, qua! es,

y

quan gqi.nde

y

perfetl:o e!. llega rle a s1,

ab ra zarle t .:>n un nuevo y entrenable a–

mor , meterlo en su casa y en lo secreto

de sn alma , hasta trasfo rmarse toda en

el

y

hace rse nna misma cosa con el ' co–

mo dice e l Apos tol:

El que se une con

D ias

,

hacese un mismo esp{ritu con

el.

y

en tonces se vera la verdad de lo que

anade :

y

ya

nadie me despreciaria

;

que

como dice S.

P ABLO,

todo lo que aci se

vive esta sujeto a vanidad

y

escarnio;

pero aquel dia sera el que volvera por la

honra de la virtud , y descubrir:i la glo–

ria 'de losJ1ijos de Dios. M. LEON.

Los Santos Padres· comunmente reco–

nocen en las palabras de estos dos versos

la voz de la I glesia , que p,recedio a la

venid a de J esu Christo; esto es, la Con–

gregacion de los antiguos justos que vi–

vi eron an tes

e la Encarnaci on. Esta pues

diri g.iendo sus suspiros

y

deseos al Ver–

·bo Eterno:

0

t{1,

le dice , que al presen–

te estis en el seno del Padre;

~

quien me

d ara este consuelo de que yo te vea he–

cho Hombre por amor de

ml ,

y

partici–

pante de mi naturaleza ; de modo que

con verdad 'te pueda llamar hermano mio?

M ctmando las p echos de mi madre

:

ver–

d aderamen te revestido de nuestra o tu–

raleza , y verdadero Hombre como no–

sotros , a excepcion del pecado.

Que te

'h'allase fttera

:

que te vea al descubierto

en tu santa Humanidad: y que lo que es

incomprehensible en s! mismo, se dexe

comprehende r en nuestra naturaleza, ('a–

xo de la qua! has de aparecer.

Y que te

diese el osculo'

y que yo sea tan dichosa,

que

ve~

1

en

persona la verdad misma , que

ahora ho poseo sino por la fe. El amado

no daba a

SU

Esposa este osculo que pide,

sino por la boca de los Prophetas que le

anunciaban su venida . Y la Esposa expli–

ca aqui el deseo ardien te que ti ene de

que venga el mi smo a darJe este Santo OS–

culo, un iendose a su carne

y

haciendo–

sele presente.

Y

ya

nadie me desprecia-

z

Tomartehe ,

y

1levarte–

he a la casa de mi mad re

1

:

alli me ensefiaras ,

y

dartehe a

beber el vino confeccionado ,

y

ria .

La Synagoga antes de Jesu

C~risto

estaba en cierto modo expuesta al despre–

cio, como ( esteril qne era , y estando su–

jeta a Jas observancias legates, y no te–

niendo sino sombras y figuras, no pose!a

la verdad misma. D ios la reservaba para

cierro tiempo , en gue la que era esteril,

debia verse libre de su oprpbrio-por la gra"

cia de! Evangelia, que la ha hecho fecun·

d a y madre de muchos hijos.

Galat.

JV.

27. IsAI.

LIV.

I.

El osculo es senal de a–

doracion y de amor.

Psalm.

11.

12.

La

I g lesia de los anti guos justos deseaba ver

a

su Dios sobre la tierra hec'ho hermano

suyo, para adorarle

y

mostrarle su

fe

y

amor. Este debia ser el caratl:e r de

la

nueva alianza :

y

as! como al princi pio

d e este C i mico pide la E sposa a su Espo–

so

esta sena l de amor , como principio

de SU felidsima union con el ; aSl ahora.

pide su venida p ara adorarle y darle es–

te osculo p,ara que quede perfeccionado

SU

espiritual desposorio con el mi smo.

.1

En estos terminos figurados parece

que se declara la mas pcrfetl:a uni on

de

J esu Christo con su Iglesia, por respetl:o

y

con al usion a lo que se pratl:ica

ba err

Ios tiempos de las bodas .

Genes.

xx.rv.

67.

La Esposa conduxo al Esposo a la

casa de su madre , qnando los votos de

los San tos Patriarcas , d e los Prophetas

y

de los antiguos

ju sto~

, que representa–

ban la Esposa en estis ti empos , hiciero11

· por ultimo descender al Verbo de! seno

de su Padre a la Synagoga que era Sil

mad re : y que

.all{,

esto es , en medio de

la Congregacion de los Jndios , diese a

la que habia escogido por su Esposa , a–

quell as admirables

instrucciones

,

y

aque–

ll as divinas reg!as de SU condutl:a , que el

solo podia dar a su Iglesia.

All{,

di ce la

Esposa, yo te tomare y te llevare al Tem–

plo ,

y

te mostra re a todo el mundo :

allt

todos oi rin tu predicacioo y la pa labra

de tu Evange lia;

y

all{

se ri s mi Maes–

tro enseii.fodome tu oueva Ley", Ley to–

da de gracia

y

de amor

y

de perfeccion •